Triunfo de Moncoutié y liderato para Wiggins en La Manzaneda

El corredor francés David Moncoutié, del Cofidis, se adjudicó la undécima etapa de la Vuelta ciclista a España, disputada entre Verín y la Estación de Montaña de la Manzaneda sobre 167 kilómetros, mientras que el británico Bradley Wiggins (Sky) es el nuevo jersey rojo de  líder de la clasificación general.

David Moncoutié culminó en solitario una larga escapada que se forjó en el kilómetro 30 de la etapa y que llegó a compartir con otros 18 corredores, para cumplir con un hábito que ha convertido en costumbre, pues ha sumado un triunfo en la Vuelta en las últimas cuatro ediciones.

Uno, dos, tres, cuatro dedos mostró el veterano corredor del equipo patrocinado por la empresa de crédito como celebración de un ataque en el último puerto de la jornada, la inédita Estación de Montaña de La Manzaneda, de categoría especial, 19 kilómetros al 5,9 por ciento de pendiente media y con ‘picos’ de hasta el 10,5.

Hasta las faldas del puerto orensano llegó con otros 18 corredores,  entre ellos el portugués Sergio Paulinho (RadioShack) y los españoles  Luis León Sánchez (Rabobank), Beñat Intxausti (Movistar) y Amets Txurruka (Euskaltel), junto al australiano Stuart O’Grady (Leopard), que llegaron a contar con una renta de cerca de 8 minutos (7:52).

La jornada incluía un ‘menu’ muy quebrado, con dos puertos de tercera, el Alto de Fumaces y Alto de Ermida, y otro de segunda, el de Da Gonza, antes de la subida final a La Manzaneda, donde primero lo probó Adrián Palomares (Andalucía-Caja Granada), pero éste fue alcanzado por Moncoutié e Intxausti, el compañero del malogrado Xavi Tondo.

Intxausti no pudo seguir la rueda de un Moncoutié, el coleccionista de victorias en la Vuelta, justo cuando por detrás los ataques de ‘Purito’ Rodríguez, Dani Moreno y Vladimir Karpets demostraban que el Katusha tenía la intención de recortar la desventaja acumulada en la crono de Salamanca.

Paulinho, Intxausti, Luis León Sánchez y el suizo Mathias Frank (BMC) formaron un cuarteto que quiso alcanzar a Moncoutié en el tramo final, pero fue imposible, ya que el francés, con rentas próximas a un minuto, tenía ya sellado su habitual ritual de ganar en la Vuelta a España.

Entre los favoritos, ‘Purito’ arrancó con ímpetu a falta de algo más de un kilómetro para la meta pese al aire en contra que agarraba más al asfalto que la propia pendiente del monte gallego. «Ha sido una pasada. Se formaban ‘abanicos’ en el puerto, como en La Covatilla», apuntó Rodríguez.

En la meta, después del sofocón el líder del Katusha apenas sacó 7 segundos al italiano Vincenzo Nibali (Liquigas) y Wiggins, el nuevo jersey rojo de la carrera, pues el anterior, su compañero Froome, cedió en los últimos kilómetros porque trabajó como un peón más en beneficio de su jefe de filas.

Este jueves se disputa la duodécima etapa, entre Ponteareas, localidad natal de Álvaro Pino, vencedor de la Vuelta de 1986, y Pontevedra sobre 167,3 kilómetros, con dos puertos de tercera categoría, Moscoso y Ponte Caldeas, que pueden provocar fugas desde los primeros kilómetros.

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