Por primera vez en varios meses, Alberto Contador espera ser noticia única y exclusivamente por sus logros subido a una bicicleta. El ciclista madrileño afronta desde este sábado el comienzo de la edición número 150 del Giro de Italia que promete ser muy exigente y en el que el espectáculo está casi asegurado con numerosas etapas de montaña. En concreto, la organización ha diseñado siete etapas con final en alto, además de una cronoescalada de 12 kilómetros.
Para abrir boca, este sábado se disputará una contrarreloj por equipos, algo ya habitual en otras grandes rondas como la Vuelta, que constará de 21′ 5 kilómetros, con meta en la ciudad de Turín. Sin embargo, será a partir de la segunda semana de competición cuando las etapas llanas dejen paso a la montaña, verdadera protagonista de la ronda y jueza de la carrera. Será en ese momento cuando Alberto Contador y el resto de favoritos deban mostrar sus credenciales al triunfo, aunque la contrarreloj final de 32 kilómetros por las calles de Milán, también pudiera jugar un papel decisivo. En el apartado de bajas, destaca la ausencia del ganador del año pasado, Ivan Basso, quien tomó la decisión de no asistir al Giro después de una reunión con su equipo, el Liquigas, que consideraba que el la condición física del italiano «no era óptima».
VUELTA AL PASADO
Para Contador la participación en el Giro supondrá recordar la edición de 2008, aquella en la que el pinteño se presentó a la ronda italiana casi por accidente. Con escasa preparación, Contador acabó por enfundarse la maglia rosa en la última semana de competición para acabar superando en la clasificación general a Ricardo Riccó y a Marzio Bruseghin, otro de los candidatos al triunfo en esta edición.
ARROYO, PROTAGONISTA
Fue uno de los protagonistas inesperados del Giro de Italia 2010. David Arroyo tocó con los dedos durante varias jornadas la posibilidad de proclamarse campeón de la ronda italiana después de auparse al liderato en la decimocuarta jornada y vestir la maglia rosa durante cinco etapas. Al final, el mayor trabajo en equipo del Liquigas acabó echando por tierra sus posibilidades. Para esta edición, Arroyo llega muy ilusionado después de una buena participación en la Vuelta al País Vasco.
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