El Barça volverá a Wembley para buscar su cuarta Champions

El FC Barcelona ha conseguido ser el primer finalista de esta Liga de Campeones al imponerse en el global de la semifinal con el 1-1 de esta noche, sumado al 0-2 de la ida, a un Real Madrid que no llegó a inquietar a los blaugrana ni se acercó siquiera con peligro al área de Valdés excepto en el gol, mientras que el Barça volvió a dar una lección con su fútbol de toque.

En el mejor de los cuatro ‘clásicos’, sin duda, el Barça hizo buena la victoria de la ida en el Bernabéu y le bastó con hilvanar su juego, volverlo a mostrarlo en el mejor escaparate posible y desquiciar a un Madrid que se llevó la Copa pero que ni en Liga, casi sentenciada, ni en esta semifinal ha podido hacer sombra al sol que mejor alumbra al fútbol, y eso que han intentado anularlo por todos los medios.

La primera parte sí que empezó con un Real Madrid con las líneas más estiradas que en anteriores ‘clásicos’, donde el cerrojo en forma de trivote diseñado por Mourinho anuló las armas ofensivas de su equipo. Pero esta noche salieron al ataque, a probar fortuna, y fruto de una buena presión lo cierto es que Ronaldo corrió más con el balón en tres jugadas que en casi todo el partido de ida.

Para contrarrestar, el arma preferida del Barça. En cuanto el Barça se hizo con el control del balón hizo lo propio con el partido. Se acabó la incertidumbre en el área de Valdés, que muy atento atajó los balones largos hacia su portería, y los arquitectos del Barça empezaron a hacer disfrutar a las más de 95.000 almas que hoy se mojaron por su equipo.

La primera ocasión blaugrana fue floja, pero el peligro creció a la par de la intensidad de juego. Con los extremos Pedro y Villa bien abiertos, y Messi con plena libertad para crear, finalizar y cortar el juego rival a su antojo, la esencia de los de Guardiola afloró y homenajearon al fútbol con cinco minutos largos en los que tuvo el gol en varias ocasiones.

Casillas, que se gana la beatificación casi a diario, evitó que el Barça abriera la lata y cerrara prácticamente esta ‘clásica’ semifinal. Messi en tres ocasiones, Pedro y Villa pusieron a prueba al de Móstoles, que respondió tan bien como acostumbra. Sólo él pudo detener al Barça en su camino a Wembley en unos 45 minutos que fueron los de mejor fútbol en el global de los cuatro ‘clásicos’ de estos días, por lo menos en cuanto a ocasiones de Barça y actitud inicial del Madrid.

GOLES Y CIERTA EMOCIÓN EN LA REANUDACIÓN

Ya en la reanudación, el Madrid volvió a dar un paso adelante. De hecho, ya con la jugada anulada, Higuaín batió a Valdés por entender De Bleeckere que en su caída Cristiano Ronaldo derribó a Mascherano. Fue una segunda parte más loca y en la que el Madrid estuvo más cómodo, aunque nunca sin apretar como se podía esperar.

Así, el Barça se propuso cerrar la eliminatoria y fue a por ello. Pocos minutos hicieron falta para que Pedro lo consiguiera, rematando con temple tras una brillante asistencia entre líneas del mago de Fuentealbilla.

El Camp Nou explotó, pero diez minutos después volvió a frenar la euforia cuando el Madrid decidió dar un poco de emoción a la contienda y tras un pérdida del Barça, de las pocas que regalan, llegó el gol del Real Madrid. Primero Di María, en una buena jugada individual, asustó a la parroquia blaugrana enviando el balón al palo y, en su propio rebote, asistió a Marcelo para que marcara a placer llegando desde atrás.

Pero se quedó así la reacción blanca, ya que el Barça volvió a marear al rival y a buscar la portería de Casillas. Es el fútbol que les llevó al triplete, a encandilar a Europa y el Mundo, y es el que han hecho servir para meterse en su segunda final de ‘Champions’ en los tres años de Guardiola, la tercera del último lustro. Tocaron y tocaron, siempre buscando alejar el balón de su área y bien replegados atrás para evitar el único peligro del Real Madrid, su poderosa contra.

OVACIÓN DE GALA PARA ABIDAL EN SU REGRESO

No tuvo más ocasiones el Real Madrid, impotente, y el Barça se hizo con el partido, se aferró al billete para Wembley que tenía en su poder hasta que el pitido final del belga De Bleeckere se lo adjudicó de forma definitiva. La fiesta en el Camp Nou, espectacular y vibrante pese a la lluvia que cayó sobre Barcelona, se cerró cuando Abidal regresó a donde más le gusta estar.

Mes y medio después de someterse a una extirpación de un tumor en el hígado, un día después de recibir el alta médica en un trabajo de recuperación estratosférico, volvió a saltar al terreno de juego en la ovación más fuerte y cariñosa que el Camp Nou ha brindado en los últimos tiempos.

El regalo de Guardiola al francés fue breve, pues solo pudo hacer un saque de banda, pero sus compañeros le mantearon al final del encuentro, momentos antes de un clímax en forma de sardana giratoria. A Wembley, donde Manchester United o Schalke esperan estar consiguiendo el billete este miércoles.

Be Sociable, Share!

•