De repente

No, si él ya se va.
Pero ¿Cómo le abres la puerta?
Porque es la única persona a la que puedo dejar al niño.
Estela lleva manoletinas de colores que contrastan con su tez morena y Lourdes le escucha con atención.
¿Por qué no le amenazas con llamar a la policía?
¡Que no, que no, mujer! ¡No puedo cortar así, de repente!
Las dos se quedan en silencio viendo pasar estaciones mientras comparten un zumo de melocotón de marca blanca.

1 comment for “De repente

  1. Ichi
    25 junio, 2009 at 11:25

    La dura realidad…

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