Objetos olvidados

José Antonio se enfada consigo mismo cuando llega a casa. También se rebela contra Dios. ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué? No es que las necesite a todas horas pero es un incordio perderlas otra vez. Mañana irá a la oficina de objetos perdidos sin mucha fe, la fe que yo tengo cuando veo sus gafas abandonadas en un asiento del vagón, las guardo y las dejo en una ventanilla para que las lleven junto al resto de objetos olvidados.
A la memoria del poeta José Antonio Muñoz Rojas, fallecido el lunes. Este texto, publicado en el blog el pasado 30 de junio, está inspirado en el primer poema de su libro «Objetos perdidos».