Hace ya un rato que Ana me observa desde el vagón de al lado. Lleva unos zapatos de tacón vertiginosos y una minifada negra. Cuando he entrado en la estación hablaba por el teléfono con alguien y al verme pasar ha colgado. Se ha puesto cerca de mí en el andén, la he visto en el primer trayecto y luego, tras el transbordo, también. Estoy seguro de que me sigue… ¿o la estaré siguiendo yo?
buenísimo este relato!!!