Cuántas veces hemos hecho un repaso de ese tipo antes de un examen. Qué pereza daba cuando ya se escuchaba la algarabía del partido en el patio del colegio o la música de los Caballeros del zodiaco sonando en la tele de casa. Luego, en la universidad, más repasos finales. Muchos a altas horas de la madrugada y no siempre con mucha efectividad. Y ahora, cuando ya creía que aquello se había terminado, todas las noches antes de acostarme dudo un instante si entrar o no en las habitaciones de mis hijos (dos para cinco). ¿Para qué? Para hacer el repaso final…
Jorge duerme tranquilo, Sofía me pide el conejito. A Isabel se le ha caído el edredón. Almudena está al revés en su cama y con cinco cuentos entre las sábanas. Blanca ha olvidado a Lili Coletas. Se la pongo entre los brazos porque a veces se despierta en mitad de la noche y si no la tiene comienza a llorar.
El repaso final – http://gentedigital.es/comunidad/alvarolucas/2011/03/22/el-repaso-final-2/