En una de las paradas del trayecto se ha abierto la puerta del vagón y, aunque no ha entrado nadie, las gafas que Belén tenía apoyadas en el regazo se han caído al suelo, un poco más allá la maleta de Toni también se ha desmoronado y Juan que tenía las piernas estiradas las ha encogido justo en el momento en que una brisa fría pasaba a su lado. Al fondo otra puerta se ha abierto y tampoco ha entrado nadie.
Brrr 🙂
aaarrrrrggg!!!!!!