Miguel sonríe. Tiene un libro en sus manos y está llegando al final. En la última página se detiene, lo cierra y levanta la mirada. Sus compañeros de viaje parecen ajenos a ese momento culminante. Lo ha vivido infinidad de veces pero la sensación siempre le parece nueva. «Cada libro leído es un latido intelectual», piensa. Vuelve a abrir el libro y lee despacio. No quiere que se acabe, pero se acaba… y ya está. Miguel sonríe.
Es agradable cuándo se tiene ese sensación al final de un libro. Buen fin de semana!
Desde luego, por cierto, tienes que votar las tres historias del blog que más te gusten, y si S.A. lee este mensaje también. Estoy haciendo una votación a través de facebook y quiero que participéis.Un abrazo.
Me encanta esa sensación de acabar el libro!Voy a buscarte en el facebook…
Tienes que unirte a un grupo que se llama "Yo viajo en metro".
Acabo de votar.
Lo he visto, gracias mcarmen. Un abrazo.