«¡Cobarde! ¡Eres un cobarde!» se dice a pensamiento en grito Arturo. Tan alto lo piensa que Mari Cruz, a su lado, le mira extrañada. «¡Sí, sí, soy un cobarde!», sigue pensando Arturo, tan desesperadamente que ella se vuelve y le dice: «Pues no seas tan cobarde, coño, y haz lo que tengas que hacer». Arturo, asustado, no se imagina cómo ha podido leer su pensamiento y en cuanto puede huye del metro. «Leer dice… será escuchar», piensa Mari Cruz… en bajo.
Buen fin de semana! 😉
Igualmente.
Muy grande, Álvaro, me ha encantado.
Me alegro, Elena.