Batalla perdida

«¡Venga, hombre, pesado!», piensa Álvaro mientras espera a que Juan se decida a entrar en el metro.
Aguardan a que salga la gente para conseguir un asiento de esquina en el vagón.
Cuando Álvaro logra entrar ya sólo queda uno libre pero Mariví se le adelanta. Contrariado, decide sentarse bien pegadito a ella para incomodarla. Mariví, en cambio, abre su libro por el capítulo siete: «Lo que es y lo que no es la meditación».
Álvaro resopla porque sabe que ha perdido la batalla.