En el vagón Carmelo se siente observado por varios hombres. Jamás en sus 72 años de vida le había pasado. «Esto ya no es lo que era», piensa. Se aferra a la bolsa en la que Mari Luz, su mujer, le ha metido las láminas que tiene que enmarcar en la tienda.
En la siguiente estación huye despavorido con una modelo de Woman´s Secret estampada en su bolsa.
Viajar en metro a primera hora, de camino al trabajo, ya no es lo que era. Lo digo porque antes, durante el trayecto, no dejabas de observar los rostos del resto de viajeros y podías incluso intuir a qué se dedicaban.Ahora con la entrega de diarios de tirada gratuita, la mayoría esconden sus rostros y perdemos capacidad de observación.saludos y enhorabuena por tu blog
La verdad es que todos los días me enfrento al dilema de observar a la gente o leer, pero siempre intento que sea un buen libro antes que un gratuito. Me alegro de que te guste el blog. Un abrazo.