Alicia y Nacho se han sentado uno enfrente del otro porque no había dos sitios juntos libres. No sólo pasa en los aviones, a veces ocurre también en el metro. Ella lleva un libro de esos que tienen el canto de las páginas dorado y a ratos se inclina hacia delante para preguntarle a él qué es lo que debe leer, pero ninguno de los dos se aclara.
El tren se para en una estación y al lado de Alicia queda un sitio libre. Nacho se levanta para ocuparlo pero su bolsa se ha enredado con la mía y cuando logra soltarla alguien ya ha ocupado el sitio. Nos reímos los tres y termino ofreciendo mi asiento a Alicia para que pueda estar junto a Nacho.