Autorretrato

Se ha sentado a la vez que yo en el asiento de enfrente. Lleva una bolsa en la que parece haber un ordenador y se la coloca sobre las piernas. Abre un libro y se pone a leer. Lo hace atentamente pero eso no quita para que de vez en cuando levante la mirada y observe a su alrededor. A veces mira fijamente a alguno de los viajeros que va en el vagón. También se ha fijado en mí. Su barba no es cerrada y sus ojos son achinados, como si trabajara habitualmente en penumbra. Parece muy serio y culto. Anota algunas palabras en el borde de una de las páginas y continúa leyendo. Al llegar a «Gregorio Marañón» se levanta para salir. Pulso el botón y salimos a la vez.