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Salvas de cañón de Tino Rodríguez

La noticia ha pasado casi desapercibida pero no por ello es menos importante. El otro día en la tertulia ‘Hoy por hoy' de Radio León, el secretario general del PSOE leonés, Tino Rodríguez, desveló su deseo de depurar responsabilidades, incluso dentro de su propio partido, por el fracaso, quiebra y desaparición de las cajas de ahorro de Castilla y León, incluidas Caja España y Caja Duero, la caja resultante de la fusión de ambas, por el proceso definitivo que fue su rescate con dinero público por parte del Gobierno y por la posterior venta/regalo a Unicaja. Todo un drama servido en capítulos, cuyo resultado ha sido el conocido por todos: el mayor desastre financiero de la historia de Castilla y León.

Archivado en: Francisco J. Martínez Carrión, Caja España Duero, investigación cajas de ahorro, Tino Rodríguez, PSOE

Martínez Carrión
11/3/2016 - 02:20

¿A qué viene a estas alturas y después de tanta sangre y miseria resucitar el fantasma de Caja España-Duero? ¿Y por qué lo hace el secretario general del PSOE leonés? No se olvide que la mitad de los consejeros de administración de Caja España y Caja Duero eran líderes socialistas y que la fusión entre ambas cajas se llevó a cabo con el entusiasmo decidido del entonces líder socialista de la Comunidad, Óscar López, hoy embarcado, junto a su secretario general, Pedro Sánchez, en formar Gobierno en Madrid.
Podemos de León se ha sumado inmediatamente a la acción del líder socialista y ha prometido exigir la formación de una comisión parlamentaria de investigación sobre el fracaso del ‘pulmón financiero' de Castilla y León. A buenas horas mangas verdes. Sólo le faltaba ahora al Banco España-Duero/Unicaja enfrascarse en una espiral de investigaciones, titulares de prensa, acusaciones, réplicas, escándalos y fracasos. Cómo si hubiera tiempo y ganas para ello.
Antes de esta ocurrencia, Tino Rodríguez debería haber comentado su decisión en el seno de su propio partido y haber escuchado los argumentos de algunos de sus compañeros, implicados en el gobierno de las dos cajas durante años. De las quebradas Caja España y Caja Duero no queda nada más que miseria. Y en su reparto están ahora centrados algunos de los responsables políticos de la Comunidad. Los empleados, por su parte, los verdaderos sacrificados y sufrientes de esta historia, junto a miles de fieles clientes, sólo rezan para que ‘Virgencita, virgencita, que nos quedemos como estamos'. Hartos han quedado, empleados y clientes, de tanta irresponsabilidad de la que han hecho gala en los últimos años los políticos que juraron gestionar con lealtad y responsabilidad estas cajas de ahorro.
Estaría bien que esos políticos pagasen por tanta irresponsabilidad, al menos sería un escarmiento. Y me refiero a los políticos, no a los técnicos ni a los gestores profesionales sino a los políticos que se sentaban en los consejos de administración y a los que desde Valladolid se encargaban del control de las cajas. Ni control ni seguimiento, como ahora se demuestra; sino todo lo contrario, absoluto descontrol por no hablar de saqueo consensuado entre PP y PSOE.
Pero ahora lo urgente es salvar a Unicaja, el banco que absorbió a España y Duero, y cuya propia viabilidad y continuidad está en juego ante su inminente salida a Bolsa. La debilidad propiciada por su pequeño tamaño la convierte en carne de cañón de una rápida venta/absorción y con ella la liquidación de lo que aún queda del ‘pulmón financiero' de Castilla y León. Lo demás son salvas de cañón.

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