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LLEGÓ 'EXHAUSTA' A PEKÍN

El exhibicionismo de la antorcha

Un gran amante del deporte. Así me considero, aunque con el paso de los años vaya sustituyendo el ejercicio físico por el visual, también denominado contemplativo desde algún lugar cómodo y acompañado por una cerveza bien fresquita...

Archivado en: Juegos Olímpicos, Pekín, antorcha

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gentedigital.es/Marcos Blanco
05/8/2008 - 14:25

  Lanzando a canasta tras un aro pasado, pegándola con la zurda buscando la escuadra, intentando un paralelo a dos manos, poniendo postura de contrarreloj sobre la bici o saltando para buscar un bloqueo en la red imaginaba que después de aquellas acciones vendría un señor trajeado, yo erguido con los brazos pegados a la espalda, haría el gesto protocolario para colocarme la medalla y yo le diría eso de.... "¿Es para mí?"

Eso sí, mi ‘espíritu ‘ olímpico no entiende de antorchas. Lo más parecido a llevar éste símbolo que he experimentado ha sido correr con un testigo de madera durante las carreras atléticas con la pandilla veraniega. Y ya me resulta raro, porque hacía de todo: escribía resultados futuribles, clasificaciones, llenaba listas con los máximos anotadores y goleadores, los tiempos de las etapas ciclistas, memorizaba alineaciones...

Los ‘puretas' se llevarán las manos a la cabeza, pero montar semejante parafernalia por el mundo entero para pasear una antorcha, vestidos los elegidos de blanco impoluto, o de rojo, da igual, durante un par de kilómetros, con miles de personas echándole un vistazo es lo más antiestético que se me ocurre para el sentimiento deportivo. Si las escenas tuviesen los tintes playeros de ‘Carros de Fuego', con el sonido de Vangelis, aún podríamos rebuscar su épico significado. Sin embargo, la exhibición, repito, es innecesaria.

Según nos comentan las agencias informativas, la antorcha de Pekín ha llegado a su destino después de 4 meses de aventuras. ¿Ustedes se creen que todos los ‘antorchados' han llevado la misma o habrán optado por alguna de esas 200.000 réplicas que han o van a vender por 400 dólares? Madre mía, cuánto sudor acumulado debe tener la pobre. Resulta deprimente que cientos de policías tuviesen que proteger su paso por París y Londres, para tratar de evitar lo que finalmente sucedió. Que si partidarios de la independencia del Tíbet, que si defensores de los derechos humanos criticando al régimen chino... Hasta el primer encendido de la antorcha en Olimpia (Grecia) fue interrumpido. Todavía recuerdo aquel titular televisivo: "La antorcha olímpica dejó de iluminar París por unos instantes". Con más azucar, imposible.

¿Saben lo que pasa? Que este insípido recorrido desemboca en uno de los momentos más espectaculares que llevo grabados en mi cerebro. Antonio Rebollo, porque no lo conozco pero por admiración he investigado sobre su figura, fue el arquero encargado de iluminar el pebetero de Montjuic. A lo Guillermo Tell. Como no era muy espabilado a los 12 años, me preguntaba porqué no le habrían dado a este hombre su medalla. "¿Es para mí"?, respondería. La consiguió, de plata, en la Paralimpiada.

El encendido de Barcelona'92

 

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