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mentiras y engaños

Mundial 2022

Estaba yo indeciso estos días, decidiendo sobre qué escribir esta semana. Ya tocaba hablar de ciencia, pero el mundial lo inunda todo y uno no puede abstraerse a la única noticia que ocupa un Telediario tras otro. Y además tiran más dos balones que.... Así que dejaremos para otro día el hablar de que hace unos meses "han presentado en sociedad" a la bacteria más grande del mundo, Thiomargarita magnífica, que vive en los manglares del Caribe francés.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, Mundial de Fútbol 2022, Qatar, Thiomargarita magnífica,

Nicolás Pérez Hidalgo
25/11/2022 - 01:10

Mide alrededor de 2 centímetros y es unas 50 veces más grande que la bacteria que hasta la fecha ostentaba el récord de tamaño. No sólo es la más grande, sino que también presenta unas características que nos hacen reflexionar sobre algunos principios biológicos.
Pero eso lo dejaremos para otro momento, porque ya ganó España (de goleada nada más y nada menos) y todo lo demás no importa. Ya nos olvidamos de si nos cae bien o mal el seleccionador, nos olvidamos de que la gasolina sigue subiendo, de que las eléctricas hacen caja un día sí y al otro también, y de que los bancos están pensando si hacerse los "orejas" en eso de ayudar a pagar las hipotecas a los parias de la tierra. Llegó el opio del pueblo y durante 29 días nos tendrá adormecidos.
Hace más de 12 años que se sabe que tocaba jugarlo en Qatar y ya por entonces se conocían los condicionantes asociados a su celebración en uno de los países con mayor renta per cápita del planeta. Ahora parece que nos la cogemos con papel de fumar y nos parece muy mal ir a jugar allí, o que vaya el rey a mover el rabo. Cuando la pregunta debería ser sí tenemos que tener monarquía. Pero lo que más me sorprende, es que nos sorprenda que los estudiantes se pasen el día en clase viendo los partidos, justo en la época de exámenes ¿Alguien lo dudaba? Cualquier excusa es buena pa no estudiar. Pues andan locos los equipos directivos viendo cómo atajar la cosa: que si quitar el wifi de los centros o solo capar las páginas que ofrecen el mundial, que si retirar móviles y otros dispositivos, como si fueran policías a la entrada del centro, o montar clases en las que la participación (¡horror!) sea obligatoria y constante, al menos en las horas de partido. Estupideces de talla mundial, porque la culpa no la tiene el fútbol.

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