Fallece Aquilino Jiménez Encinar, ex edil de Seguridad
El ex concejal de Seguridad, Aquilino Jiménez, falleció el pasado lunes por la mañana, después de una amplia trayectoria política ligada a la ciudad de Móstoles.
Archivado en: Móstoles, Daniel Ortiz, Aquilino
gentedigital.es/Javier San Martín
12/7/2013 - 09:04
Los grupos municipales han transmitido su más sincero pésame al grupo popular y durante el pleno se guardó un minuto de silencio por el descanso eterno del edil mostoleño.
Además, el alcalde, Daniel Ortiz, ha escrito un pequeño obituario en honor al concejal. Aquí reproducimos íntegramente el mismo:
Hasta siempre Don Aquilino
Cuando tenía 19 años y me afilié al Partido Popular, creía que la mejor manera de desarrollar mis inquietudes de servicio público era en la política, en la que sigo creyendo como el mejor instrumento para poder mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Mi ímpetu, algunas veces producto de la juventud, era muchas veces atemperado y calmado por las personas más experimentadas por la edad y sus vivencias, como el caso de Aquilino Jiménez, que desgraciadamente esta semana nos ha dejado.
Aquilino siempre fue un profesor para los más jóvenes. Como los escultores que dejan una huella indeleble pero definida en sus obras, personas como él nos moldeaban día a día, con sus enseñanzas, experiencias y consejos.
De figura esbelta, con el don de la elegancia, disciplinado, exquisito en sus formas, educado en el respeto hacia los demás, Aquilino Jiménez es una de esas figuras que deja un sello entre los que le rodean en su vida.
Fue uno de los primeros afiliados al PP en la ciudad, aunque siempre había optado por ocupar una segunda línea.
Profesor y director de centenares de alumnos de Móstoles, ciudad por la que sentía auténtica pasión, era un modelo de comportamiento para el resto.
Espejo de laboriosidad, constancia, tenacidad y profesionalidad, Aquilino nunca tuvo enemigos, como han demostrado todas las personas que con mucho cariño se han acercado a darle su último adiós.
Recuerdo el momento en que se convirtió en concejal, mediado el mandato de 1999 a 2003 y cómo se hizo cargo, aún en la oposición, de todos los temas relacionados con la seguridad ciudadana, ámbito en el que se desenvolvió como si hubiese sido su oficio.
Abulense de nacimiento, a Aquilino sólo había dos cosas que le gustara casi como pasear por las calles de su querido Móstoles: cuidar de su huerto de la casa que disfrutaba junto a su familia en Ramacastañas, en Arenas de San Pedro, y degustar un buen plato de arroz con bogavante o de rabo de toro.
De inteligencia ágil y verbo fácil, impoluto en su forma de vestir, era todo un Señor de los pies en la cabeza. Jamás le escuché elevar el tono de voz. Todo lo contrario. Su tono conciliador, mesurado, dulce y cariñoso, nos devolvía a todos a la normalidad cuando se daba alguna diferencia de trabajo.
Al ‘abuelo', como cariñosamente le llamábamos los jóvenes, el pelo se le tiñó de sabiduría ya como Concejal de Seguridad Ciudadana, puesto que ocupó de 2003 a 2007. La misma destreza intelectual que le llevó a ejecutar de manera hábil y exitosa el mayor incremento policial de la historia del municipio, 200 efectivos de las BESCAM que erigieron a la ciudad en una referencia en seguridad.
Ahora que se ha marchado, como siempre, de manera elegante y discreta, muchos de los que aprendimos tantas cosas de él, nos sentimos huérfanos de su asesoramiento.
Pero Aquilino Jiménez nunca dejará de ser el maestro de todos, un caballero de la política, una persona con una extraordinaria capacidad humana a la que toda la familia del Partido Popular, pero, sobre todo, su mujer Mari y sus dos hijos, siempre tendrán en su corazón. Hasta siempre, profesor.
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