Quédense en casa
Archivado en: violencia fútbol
Mamen Crespo
24/3/2017 - 08:31
Vergonzosa y lamentable. Así es como defino la actitud que tuvo un grupo de padres el pasado fin de semana en Palma de Mallorca durante un partido de fútbol que disputaban sus hijos, que acabó a golpes. Y digo bien cuando escribo a golpes, porque se enfrentaron unos a otros a puñetazos. El motivo no lo sé, ni me interesa, sobre todo, porque creo que no es posible que exista ninguna causa que lleve a los progenitores, que deben dar ejemplo ante los menores, a una situación así.
Por lo tanto, no quiero conocer qué paso por sus cabezas para dar un espectáculo que, desgraciadamente, no es puntual. Cada fin de semana se viven en los campos de fútbol de todo el país situaciones en las que, aunque no se llegue a las manos, los insultos y las palabras fuera de tono son los protagonistas entre los padres y las madres de los distintos equipos. Ni qué decir tiene que el árbitro también es el blanco perfecto para esas personas que, lejos de hacer un bien a sus hijos presionando sus actuaciones y criticando las del contrario, lo único que provocan es que crezca el odio entre los menores.
Basta ya. Los chavales solo quieren jugar. También ganar. Claro. Cómo no. A todos nos gusta vencer, pero si nos enseñan que, a veces se pierde, la vida es mucho más llevadera. Y los pequeños deben aprender que no pasa nada por sufrir una derrota. De hecho, creo que lo aceptan mejor que sus padres gracias a los magníficos profesionales que hay en los clubes españoles educándoles. Eso sí, no quiero meter a todos los progenitores en el mismo grupo, porque también están aquellos que desde su asiento solo disfrutan del juego de sus hijos. A ellos, gracias. Y, a la minoría ruidosa, quédense en su casa. Por el bien de todos, por el bien de los niños.
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