Aducen "fraude procesal" en el acto de conciliación planteado por la familia.
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gentedigital.es/Marcos Blanco Hermida
29/4/2011 - 14:40
Las seis compañías aseguradoras de la clínica Nuestra Señora de América se han negado a pagar 1,6 millones de euros a la familia de Antonio Meño, que padece desde 1989 un coma vigil irreversible (cuerpo y cerebro paralizados) por una presunta negligencia médica tras la práctica de una rinoplastia en el centro, durante un acto de conciliación para buscar un acuerdo ecónomico que tuvo lugar en el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid.
El acto fue planteado por la familia, que quiere huir de los largos (además de costosos) procesos judiciales y la respuesta de las aseguradoras no sorprendió a los padres de Meño, ya que carecían de esperanza en un rápido acuerdo. El letrado de Meño puso sobre la mesa la citada cantidad, la misma que han solicitado durante todo el proceso judicial. La cifra equivale a los 175 millones de pesetas con los que condenaron a la clínica Nuestra Señora de América de Madrid la primera vez que acudieron a juicio en 1993, sumándole los intereses correspondiente tras las dos décadas transcurridas.
Las seis demandadas se niegan a pagar dicha cantidad porque entienden que la anulación del procedimiento por parte del Tribunal Supremo supone "un fraude procesal". El proceso apenas duró diez minutos. La próxima semana volverán a reunirse para llegar a un acuerdo, después de un situación calificada como "humillante" por Antonio Meño, padre del enfermo.
UNA HISTORIA ROCAMBOLESCA
El encuentro de conciliación sucedió después de que en noviembre el Tribunal Supremo decidiese estimar la demanda interpuesta contras las sentencias dictadas en el periplo judicial de la familia, que fue condenada por el Alto Tribunal a pagar 400.000 euros en costas procesales de la vía civil tras varias apelaciones posteriores a la decisión de 1993. El Supremo anuló las sentencias dictadas tanto en Primera como en Segunda Instancia y estimó devolver las actuaciones para que las partes decidiesen si repetir el proceso, tras de la aparición de un nuevo testigo en la operación, vital para considerar una "maquinación fraudulenta" en el proceso.
DOS DÉCADAS DE IMPOTENCIA PATERNA
Antonio Meño, padre de aquel estudiante de Derecho cuya vida cambiaría tras una operación estética de nariz que ni siquiera era necesaria, mostró su impotencia ante la situación a la conclusión del acto. "Fue culpa de ellos porque le dejaron sin oxígeno", denunció antes de amenazar con acampar frente a la casa del anestesista que atendió a su hijo durante la fatídica operación.
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