La Comunidad de Madrid modifica la normativa que aprobó hace dos semanas. En el interior de los locales el máximo de comensales seguirá siendo de cuatro.
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Jaime Domínguez
05/2/2021 - 00:57
Menos de dos semanas después de que entrasen en vigor las últimas medidas tomadas por la Comunidad de Madrid para frenar la tercera ola de contagios de Covid-19, el Gobierno regional ha decidido suavizar las restricciones, al menos en las terrazas de los bares y restaurantes.
Tras reunirse con los representantes del sector de la hostelería, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, anunció que, a partir de este mismo fin de semana, las mesas de las terrazas podrán tener un máximo de seis personas, en lugar de las cuatro a las que se habían limitado desde el pasado 25 de enero. Esta novedad no afecta al interior de los establecimientos, donde el límite seguirá estando en los cuatro comensales.
TOQUE DE QUEDA
Ayuso también desveló que su Ejecutivo está estudiando la posibilidad, cuando los datos de contagios mejoren, de volver a retrasar el toque de queda a la medianoche para que los negocios puedan abrir sus puertas hasta esa hora. En estos momentos la obligación de estar en casa comienza a las 22 horas, mientras que los establecimientos tienen que cerrar una hora antes.
"En Madrid hacemos todo lo que está en nuestras manos para mantener abierta nuestra hostelería y nuestra cultura a pesar de los pulsos políticos que nos llegan desde todas las instituciones", señaló Ayuso, quien se ha comprometido a reforzar la información sobre la posibilidad de la entrega de comida a domicilio.
La presidenta cree que Madrid tiene un "papel fundamental" y recordó que en la región la economía se sustenta "en gran parte" en la hostelería y en lo que depende de ella, por lo que no quieren "perjudicarla".
MÁS CONTROL SOBRE LAS MASCARILLAS
La nueva normativa sobre la hostelería que la Comunidad de Madrid pondrá en marcha a partir de este fin de semana también modificará las reglas a la hora de llevar la mascarilla. El texto especificará que habrá que tenerla puesta de manera correcta en todo momento, y que solo se podrá retirar de la boca en el momento en el que se vaya a comer o a beber, para colocársela inmediatamente después. El objetivo es que los clientes no se quiten la mascarilla al sentarse y no se la vuelvan a poner.
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