Rechazo ciudadano a la apertura de un alojamiento social
Vecinos del Paseo de Santa María de la Cabeza dicen que no es lugar adecuado al estar junto a dos zonas infantiles. A la Junta Municipal, que no tiene la competencia de licencias, no le consta que exista ninguna irregularidad jurídica.
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Miguel Hernández
16/2/2018 - 08:01
Paseo de Santa María de la Cabeza, números 129, 131 y 133, distrito de Usera. La construcción de un alojamiento para personas sin hogar con problemas mentales en un antiguo colegio al lado de un parque infantil ha provocado las protestas de una parte de los vecinos de la zona que consideran que no es el mejor lugar para ubicar este recurso asistencial.
"No estamos de acuerdo con la ubicación ya que nuestros hijos de corta edad que se encuentren jugando en los parques que rodean al establecimiento pueden estar en contacto directo con enfermos mentales y drogodependientes", dicen estos residentes. Al margen de haber mantenido diferentes reuniones con representantes municipales y haber protestado en el último Pleno de Usera, tienen abierta una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para solicitar al Ayuntamiento que no otorgue la pertinencia licencia de apertura. Al cierre de esta edición, ya habían recabado el apoyo de 1.893 madrileños.
LEGISLACIÓN
Mientras, desde la Junta Municipal recuerdan que no es de su competencia "la tramitación de los procedimientos para actividades económicas". "La Agencia de Actividades no nos ha informado de que exista ninguna irregularidad jurídica", añaden. "En cualquier caso, si una entidad quiere instalarse, y el proyecto cumple con la legislación vigente, la administración no puede denegar su implantación. Lo contrario sería incurrir en un delito de prevaricación", concluyen.
Por su parte, la empresa ConCuidado, promotora de la iniciativa asistencial, insiste en que el perfil de los futuros usuarios "es muy normalizado". "Para poder acceder al alojamiento se debe tener constancia de que no hay uso de drogas y ser capaz de convivir y mantener unas normas como no beber alcohol ni fumar o no hacer ruido a partir de medianoche", dicen. "Dentro de ese perfil tenemos familias, ex toxicómanos, gente trabajando en precario o en busca activa de empleo, estudiantes y usuarios siguiendo cursos. Lo habitual es que la mayoría salgan por la mañana a sus quehaceres y vuelvan de noche", concluyen.
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