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Peñagrande y Valdezarza vuelven a unirse

La Junta aprueba el vial demandado por los vecinos desde 2006, entre Ricote e Isaac Rabín.

Archivado en: peñagrande, valdezarza, madrid, vial

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La ausencia del vial obliga a dar un incómodo rodeo·R. HERRERO/GENTE

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gentedigital.es/P.C.
30/11/2012 - 11:31

Un barrio deteriorado, aislado y desvalorizado. Así es Peñagrande visto desde la perspectiva de quien lo pasea desde hace 25 años, de quien denuncia su abandono y la incomodidad diaria que supone, por ejemplo, la falta -desde 2006- de un vial que siempre les había comunicado con Valdezarza. "Llevamos seis años peleando porque se vuelva a unir la plaza de Ricote con la Glorieta de Isaac Rabín", explica Pablo Carrasco, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio de Peñagrande.

El pasado 22 de noviembre, la Junta de Gobierno aprobó la modificación del Proyecto de Urbanización del APR 08.02 'Joaquín Lorenzo', en el distrito de Fuencarral, que contempla la construcción de esta calle reclamada por los vecinos, así como la ejecución de una zona verde que se sumará a otra ya existente, limitando con la calle de Miguel Aracil, creando una zona de transición a la M-30.

"Lo que ocurrió-apunta Carrasco- es que la empresa Noriega, a la que se le dio la licencia para levantar el vial y tres edificios, se fue a la quiebra. Entonces, se paralizó todo, y el Ayuntamiento dijo que no era cosa suya, que se trataba de una iniciativa privada". Y precisamente, el vial por el que toda la vida pasaron autobuses y tranvías de Peñagrande a Valdezarza, se eliminó en 2006 "para dar facilidades de construcción a Noriega", apunta el vecino. Aunque todo se quedó finalmente en agua de borrajas.

Desde entonces, los residentes se ven obligados a dar un rodeo "de un kilómetro y medio apróximadamente, unos quince minutos andando desde la plaza de la gasolinera y por la calle Joaquín Lorenzo", para trasladarse de un barrio a otro. Pero, al margen de tener que andar más o menos, de esas dificultades de movilidad que afectan especialmente a los mayores, la zona ha sufrido otras consecuencias de ese aislamiento parcial.
cierre de negocios

Lo peor, para Pablo Carrasco, es "que hayan tenido que cerrar hasta tres negocios, por esa falta de tráfico de personas, dos talleres de coches y de motos y un bar. La zona se ha desvalorizado bastante".

Otro conflicto residió en el asentamiento ilegal de rumanos solventado en octubre y, sobre todo, "en el abandono de algunas calles, como Joaquín Lorenzo, donde te encuentras con un montón de baches". En este sentido, concluye, "estamos en conversaciones con la Junta de Distrito de Fuencarral para detallar cuáles son las zonas más afectadas y poder actuar".

30.000 metros para vivienda


Con la modificación del Proyecto de Urbanización 'Joaquín Lorenzo', la Junta de Gobierno dio también el visto bueno a 30.000 metros cuadrados para vivienda -tres manzanas residenciales de vivienda colectiva- en una superficie total de 46.500 metros cuadrados. Un espacio situado entre las calles Joaquín Lorenzo al norte, la M-30 al Sur, una zona verde al este y la calle Isla de Saipán y el APR 08.01 'Catalejo' al oeste.

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