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Gente en León

Un amigo de León

De políticos va la cosa. ¿Nadie les quiere ya?

Cuando era pequeño escuché comentar que una vez le preguntaron a un niño que qué quería más, si una peseta (no había euros) o dos reales, a lo que el chaval respondió que los dos reales, argumentando que si pedía la peseta no le iban a dar nada. Hoy por culpa de unos pocos que se embarraron en mucho, la clase política, la que tiene que representar al pueblo, por quien fue elegido, se encuentra en el tercer lugar de preocupación y rechazo por los españoles. ¡Quien lo iba a decir!

Archivado en: Maximino Cañón, políticos, a todo gochín le llega su San Martín

Maximino Cañón
19/10/2012 - 03:30

Con los años que los ciudadanos esperaron para verse reflejados en una clase política no impuesta y que no buscara otro interés que el del bien común. Lo que se pretendía es que la dedicación a la política, en cualquiera de sus manifestaciones, fuera un medio para mejorar la vida de los representados pero no que se convirtiera, en algunos casos, en una meta para obtener un puesto de trabajo bien retribuido y, a poder ser, duradero, olvidándose, en la mayoría de las veces, en el como llegó y en el porqué esta allí. Esa es la imagen que se percibe en la calle, y no es así. Porque la mayoría de los políticos son honrados, trabajadores y renunciando a menudo de una vida familiar placentera. Pero esa es una opción voluntariosa y, en muchos casos, vocacional. Pero eso no vende. Vende más una mala hazaña por corrupción, prevariación o mala conducta (que de todo ha habido y habrá), aunque los autores sean un número insignificante sobre el total, que la buena entrega y conducta del resto de personas que, de una manera digna, se entregan a la noble actividad de la política. Como sea, hay que desterrar a los malos y dignificar a los buenos. Yo viví en primera personas la siguiente situación que resumen, en parte, la idea que del político se tiene: Era un programa de radio en el que los oyentes llamaban para dar su opinión, respecto a las fiestas patronales ya pasadas y, entonces, una oyente se dirigía al concejal responsable del área y le dijo: Ud no vale para político, para político hay que ser más sinvergüenza; a lo que este respondió: Sra. Yo para político si valgo, lo que no valgo es para sinvergüenza. No la hagas, no la temas, porque como decimos en León, "a todo gochin (o a casi todos) le llega su San Martín".

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