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Gente en León

Un amigo de León

'Twist' después de las coplas

Lo baila todo el mundo y la gente mayor (decía)..., como si en el todo el mundo no estuviera incluida la gente que mejor lo bailaba y que hoy tiene ciertos, o inciertos años. Peor sería no tenerlos que entonces si que no hay baile que valga.

Archivado en: Maximino Cañón, fiestas, empleo, paro, twist

Maximino Cañón
06/7/2012 - 11:11

En los pueblos de alta montaña, cuando la luz se repartía en candiles o en carburos y se bebía vino caliente con azúcar en invierno, llamaba la atención el retén instrumental que la comisión de fiestas tenía guardado para los días señalados (tambor, maracas, triángulo etc.) como de baile porque las fiestas, excepto cuando se asistía a la misa obligatoria, no se notaban. Pero de manera informal también se celebraba algún baile a la venida de la ‘vecera' (recogida de las vacas del pueblo) haciendo más llevadera la jornada y propiciando la ocasión y el acercamiento entre ambos sexos dando un poco de variedad a los instintos. La ‘pandereta' no ha sido superada como instrumento musical completo. Con ella, igual se baila la jota, pieza predilecta de antaño, que el pasodoble. Después llegaron las coplas, que al no poder gozar de señal en muchos sitios para escuchar en las radios, se tenían que encargar a alguien que viniera a León o las pudiera comprar a aquellos hombres y mujeres que durante un breve trayecto en el tren de vía estrecha vendían a peseta para después ser entonadas a solas o en reunión con los demás mozos y mozas del pueblo. De Ahí viene el dicho, cuando uno está dando la matraca, de decirle aquello de: ‘toma la peseta y quédate con la copla'. Todavía hoy, con la languidez del recuerdo, el ‘Twist' se baila en las fiestas llamadas de mayores y en las celebraciones de fin de año originando los consiguientes retortijones al día siguiente. Porque uno puede ser mayor, estar en forma físicamente, tener el colesterol bien pero el Twist es el Twist y la fuente de la edad es otra cosa.
Dedicado a D. Valentín Alonso, cura recio de los de antaño, en recuerdo de los años sesenta cuando, sotana y vara en mano en la fiesta de Tolibia de Abajo, levantaba a los mozos del pueblo que, después de una noche ajetreada, dormían en los pajares, para encarrilarles a oír misa so pena de incurrir en pecado mortal y al que hoy, después de pasados muchos años y otras tantas vicisitudes, le deseo, con todo afecto, mucha salud y buena memoria, aunque no haya bailado nunca el ‘Twist'.

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