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Gente en León

Un amigo de León

Menos "Opus"

Hubo un tiempo no muy lejano en que al pronunciar la palabra Opus alguno casi se estremecía por lo de importante que se creía que era, muchas veces sin siquiera saber el significado de la misma, y que acompañada de una leyenda en algunos casos, realzaba exageradamente a quien ostentaba la pertenencia a la denominada “Orden”.

Archivado en: Maximino Cañón, un amigo de León, Opus,

Maximino Cañón
09/3/2012 - 11:11

En realidad cuando fue reconocida por Roma no era una orden religiosa, sino algo distinto, una "Prelatura Personal", o sea como una Diócesis de personas (sin territorio) esparcidas por todo el mundo, pero con un Obispo único, con sede en Roma, como no podía ser menos. Se empezó haciendo famosa, porque hubo muchos Ministros del régimen, de los que se decía, "este es del Opus."Durante mucho tiempo el Opus fue como algo secreto, casi misterioso. Yo tenía amigos cercanos que decían que pertenecían a la citada institución con distintas categorías: Numerarios, Supernumerarios y Agregados y estaban muy orgullosos de ello. Pero "chitón", no decían más. Con el tiempo el conocimiento se fue haciendo más común y ahora no hacía falta recomendaciones ni tener una alta cualificación académica o profesional para ser del Opus. Se decía, cuando uno era considerado como un tío listo, "este tío sabe latín" pero saber que era el Opus eso era otra cuestión. Más tarde apareció el Opus en castellano. Es decir la "obra", pero "de la construcción", sin referencia al Sumo Hacedor sino a la simple elaboración de infraestructuras, casas y demás trabajos hechos por el hombre en la tierra y que contribuían a hacer mucho mas llevadera la jornada de hastío de un amplio colectivo que , con mucha edad y pocas pesetas que llevar en el bolsillo, fijaban casi toda su atención en la marcha de las "Opus" de la ciudad, en este caso, esperando tiempos mejores, a la vez de perfeccionar sus conocimientos sobre las diferentes materias. Después las cosas fueron cambiando y cada uno siguió sus designios. Los pensionistas, parados y no ocupados, vieron mermados sus escenarios contemplativos por el frenazo en la construcción de edificios y de obras en general, y los aspirantes a ser miembros de la otra obra a tener menos ingresos. Consecuentemente, y viendo que cada vez hay menos sitios donde trabajar, entendemos aquello de obras son amores y no buenas razones.

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