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Gente en León

Entrevista/ José Antonio Turrado, Secretario general de Asaja León y Asaja Castilla y León

“En Asaja un tercio de nuestros socios tienen menos de cuarenta años”

Hablar de Asaja en León es hablar de Turrado. José Antonio nació en 1962 en Pinilla de la Valdería. Es licenciado en veterinaria y desde 1986 lo ha sido todo en Asaja, hasta el puesto actual de secretario general, también a nivel del sindicato agrario en Castilla y León. Actualmente tiene una explotación de ganado porcino. Cuando Asaja León cumple 25 años de su creación, Turrado ha escrito y publicado el libro titulado ‘El campo, los pueblos, las ideas, las reivindicaciones’, un texto en el que repasa la historia reciente del sector.

Archivado en: José Antonio Turrado, Asaja, aniversario, agricultura, León

gentedigital.es / Juan Daniel Rodríguez
10/12/2010 - 07:52

Casi 300 páginas de libro. ¿Qué parte del libro está redactada por Turrado?
Desde la primera línea hasta la última lo he escrito yo, para lo bueno y para lo malo.

¿De memoria o hemeroteca?
Nosotros tenemos dos publicaciones, una de ámbito provincial (Campo Leonés) y otra regional (Campo Regional). Las cuestiones más importantes las hemos recogido en estas publicaciones. Eso ha facilitado mucho las cosas. Y de los primeros años he utilizado hemeroteca del Dario y de La Crónica. Todo bien ordenado, a pesar de las mudanzas.

¿Cuántas sedes ha tenido Asaja en la provincia de León?
Estuvimos en la Plaza de Las Cortes, en el barrio de San Claudio, en La Corredera, en el Mercado de Ganados y donde estamos ahora, en el Paseo de Salamanca.

Manifestaciones, cortes de vías, de carretera… ¿Siempre ha habido algo por lo que protestar?
Siempre lo ha habido y siempre lo habrá, lo que hay que definir cómo se protesta. No es lo mismo cómo protesta una organización empresarial al uso a través de influencias a través del cargo público de turno a la que tenemos en el sector agrario. Nosotros somos una organización muy atípica, donde tenemos una cultura de organización empresarial por un lado y otra de organización sindical. Somos una mezcla que creo que ha funcionado. Yo estoy encantado de este modelo de organización que tenemos. Yo miro mucho el modelo francés, donde está para mí el modelo de asociacionismo agrario. Allí hacen manifestaciones de vez en cuando montando unos cristos de narices en las carreteras. Si estos tíos lo hacen es lo que me hace pensar que ese es el camino, que no estamos tan trasnochados cuando sacamos las pancartas a la calle. También hay que tener cuidado de los excesos, porque yo en el libro recojo algunos excesos, que cuando estás en la manifestación y a los cuatro días estás citado en el Juzgado. Yo cuando empecé era poco más que un estudiante de veterinaria y Jóvenes Agricultores no tenía nada. Lo peor que nos podía pasar era que nos metieran en la cárcel, pero no te podía pasar mucho más. Eso tenía una edad y una etapa. Hay unas leyes que hay que cumplir, pero también hay que hacer algún exceso para salir en los medios.

En León hay más empresarios que obreros. ¿No?
Sin ninguna duda. El agricultor hace una inversión que para el tipo de negocio que tenemos yo diría que muy alta. Una inversión a largo plazo con las propias fincas que en muchos casos se heredan de padres a hijos y que se compran a lo largo de la vida laboral; hay otras a medio plazo como es la maquinaria, ganado; y otra inversión en circulante para sacar adelante la cosecha hasta que cobras… Y hay que tomar decisiones, gestionar, llevar contabilidad, relacionarse con las administraciones, retratarse con Hacienda. Pero además de todo esto que se hace como empresario hay que ser asalariado u obrero de tu propio negocio. Hay que montarse en el tractor y ordeñar las vacas porque si no te arruinas.

¿Qué sector ha sido motivo para salir más con las pancartas?
Ha habido etapas, pero posiblemente sea el sector lácteo. Aquí ha habido dos frentes, por un lado protestar por la política láctea de la Administración; y por la política de precios con las centrales lecheras. De otros sectores están tan desperdigados que no hay contra quien protestar. Cuando baja el precio del cereal no saber contra quién ir.

¿Desde que estamos en Europa el agricultor ha quedado prisionero de las subvenciones?
Las ayudas son una buena póliza de seguros para cuando han venido malas cosechas o malos precios. Una garantía para que el agricultor a pesar de las adversidades climáticas o de mercados que pueda haber que pueda salvar la situación económica del año. Son necesarias, yo diría que imprescindibles y tenemos que luchar porque se mantengan porque si no la agricultura no tiene futuro. Aunque los ingresos de la inmensa mayoría de los agricultores vienen por lo que producen y lo que venden y no por las ayudas que cobran.

¿A qué cree que es debido que la profesión del agricultor tenga una imagen denostada?
Cualquier sector que dé la imagen de que esté subsidiado recibe pocas simpatías de la sociedad. A mí me gustaría que no fuera así, porque no es verdad. Nosotros recibimos unas subvenciones que ya se encargan los políticos de venderlas cuarenta veces: el de Bruselas, el de Madrid, el de la Junta, el de la Diputación y hasta el alcalde del pueblo si te descuidas. Es normal que lo que cale en la opinión pública es que nos están dando dinero todos los días. También es que mucha gente que se marchó del pueblo se fue un poco renegando, que son propietarios de tierras y que tienen una relación con el agricultor como arrendador y discuten por el precio de la renta. Son intereses contrapuestos.

Otros sindicatos agrarios animan a los jubilados agrarios a que dejen de trabajar. ¿Desde Asaja comulgan con esa tesis?
Yo parto de que en todo negocio las reglas deben ser las mismas para todos. Aquí hay mucha gente que juega con ventaja porque a lo mejor no declara a Hacienda y sobre todo porque no tiene unas obligaciones ante la Seguridad Social que sí tiene el agricultor profesional. Eso es responsabilidad de la Administración que seamos o no seamos iguales. Personalmente creo que a los 65 años uno tiene que tener su vida solucionada para dedicarse al ocio y no al trabajo. Pero también digo que las pensiones del campo son de menos de 600 euros. Decimos que los jubilados de la agricultura no pueden tener más ingresos, pero cuando lleguemos nosotros no sé lo que vamos a hacer con 600 euros.

“Si conseguimos mantener 12.000 ocupados, no sería poco”

El nombre de Asaja proviene de Jóvenes Agricultores. ¿Cada vez menos jóvenes?
Bueno, sí pero dentro de nuestra organización un tercio de nuestros socios tienen menos de 40 años. No es la idea de que todo agricultor está pensando en jubilarse. Tenemos gente joven en el campo, unos por vocación y en otros, más en este momento, porque no hay muchas alternativas en otros sectores, aunque esto no sea muy atractivo. Soy consciente de que hay un problema, aunque haya vocaciones, es muy difícil que donde vive una familia puedan vivir dos. Cuando un joven quiere quedarse en la agricultura le plantea un problema al padre porque el negocio no da para todo, porque es muy difícil aumentar el tamaño y la rentabilidad para que vivan dos familias. Las incorporaciones encajan bien donde el padre tiene ya una edad superior a los 55 años y se opta por la jubilación anticipada. Aunque estas prejubilaciones son de miseria, no son las de la minería o las de Caja España.

En estos 25 años qué dicen las estadísticas de los agricultores.
Según los datos de la Seguridad Social estamos teniendo una reducción de población activa en la provincia de León en torno al 5% ó 6%. Sobre 10.000, unos 600 menos al año. Si conseguimos mantener en los próximos años unos 12.000 ocupados/empleos entre asalariados y autónomos, que es lo que tiene el sector en la provincia, con una renta digna, no sería poco de cara al futuro.

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