En León las elecciones generales del último domingo han vuelto a poner de actualidad el famoso cuento de la lechera. Se libran de la moraleja, recogida en la conocida fábula versionada por Samaniego, tanto el PSOE como el PP, que han logrado cubrir gastos al empatar a diputados; dos cada uno.
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Julio Cayón
28/7/2023 - 02:20
En principio -y en el mejor de los escenarios- ese era el objetivo fundamental de los socialistas: sortear con éxito la ola que arrastraba la derecha. Y la saltaron por encima. Los populares, que soñaban con el 3-1, se quedaron cortos. Pero tampoco les ha ido mal. La fábula, sin embargo, bien puede aplicarse a la Unión del Pueblo Leonés y a su estacazo de las urnas. Las expectativas eran altas, cierto; había antecedentes. Y fundadas esperanzas. Y en cambio todo se les ha venido abajo -como un castillo de naipes- en cuestión de horas. El recuento dio la medida exacta de la fuerza leonesista. Por otro lado -y eso va en el debe- la campaña tampoco fue un dechado de imaginación y temperamento. Quizá por falta de recursos. Es posible. Pero la calle es libre y ahí, en el contacto permanente con la gente, siempre se avanza. Y lo leyeron a trompicones. En definitiva, la primigenia euforia venía arrastrada por los números alcanzados en la provincia durante el proceso autonómico de 2022, en el que, con 48.000 votos, lograron un dignísimo tercer puesto y tres procuradores. A ello se unió, después, los conseguidos en las municipales de mayo, donde dieron el ‘campanazo' y firmaron cinco actas para el Ayuntamiento de la capital, aparte de conseguir gobernar en San Andrés del Rabanedo. Eso les situaba al borde del éxito. Y, por lo visto, también al del precipicio. Las algo más de 22.000 papeletas contabilizadas para el Congreso en la noche del domingo -menos de la mitad de las elecciones autonómicas- hablan por sí solas.¿Qué les queda a partir de ahora?, la Diputación. Blanco y en botella. Y no pueden fallar en la futura gobernabilidad del Palacio de los Guzmanes. Están en posición de exigir y deben hacerlo sin concesiones ni componendas. Lo contrario supondría hacerse el haraquiri en la plaza pública. Pues bien, a este respecto es natural intuir que el PP no se va a doblegar y, pese a los líos internos que tiene, apostará por gobernar con su mayoría simple. La UPL debe cubrir el envite y ganarlo por la mano. El del PP y el que le plantee el PSOE, que también entrará en el mismo desafío. A los leonesistas les va su porvenir en ello y son palabras mayores. Si no chiflan aquí... que se aten los machos.
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