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Gente en León

mentiras y engaños

Pactos y censura

No me aventuro a hacer un pronóstico para el pleno de esta tarde en el untamiento y tampoco para lo que acabará pasando el macrochiringuito provincial. La cosa no pinta bien para ninguno de los tres partidos en liza, pero habrá pacto. A priori, pudiera parecer raro que quien tiene menos concejales sea quien encabece el gobierno municipal. Sobre todo, porque para sacar cualquier proyecto adelante tendrá que tener los votos de otros y ahí empezarán los problemas.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, pactos, censura, UPL, PSOE, PP, Ayuntamiento de León, Diputación de León

Nicolás Pérez Hidalgo
07/7/2023 - 04:40

Dejar gobernar a la lista mas votada porque sí, sin entrar en el gobierno y en la toma de decisiones es un error de tomo y lomo, porque como ha sucedido otras veces poco a poco el pez grande se va comiendo al chico y "el zorro pierde el pelo, pero no las mañas". Echarse en brazos del PP y alternar el gobierno no es bueno para los leonesistas, porque entonces ¿cómo se podrían criticar las políticas dictatoriales venidas de fachadolid?
Como hay que hacer alguna porra ahí va la mía, aunque seguramente no acierto: gobierno de coalición en el Ayuntamiento (gobernando el psoe) y en la Diputación (presidiendo la UPL) y aquí paz y después gloria.
Por otra parte, si alguien piensa que los tiempos de la censura más retrógrada habían pasado a mejor vida, se equivocaba. No es que sea viejo eso de meter en la cárcel a raperos por injurias a la corona y que se haya dejado de perseguir a actores desde la asociación de abogados cristianos, por todo aquello que les suele a injurias religiosas. Esta vez no ha habido un tipejo cortando con la tijera la escena en la que dos mujeres se besan en una inocente película de dibujos animados en Santa Cruz de Bezana (Cantabria), simplemente la han quitado la película de cartelera y punto. Es de ilusos pensar que se puedan poner puertas al campo en los tiempos de internet. De todas formas, no estaría de más estar vigilantes, porque se empiezan prohibiendo banderas arcoíris en el ayuntamiento de Náquera (Valencia) y acaban saliendo de debajo de las piedras los fascistas, que pueden ir envalentonándose y pensar que volvemos a la época en la que a uno se le sacaba de casa de madrugada y se le pegaban dos tiros: "uno por rojo y otro por maricón". Menos mal que en unos días hay elecciones y podremos remediarlo.

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