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Gente en León

De vez en cuando

Cuando los ediles se dan a la fuga

Ser concejal -en este caso que ocupa del Ayuntamiento de León- conlleva una serie de servidumbres innatas al cargo electo. Implícitas en el desarrollo de la función. Es lo mismo que se esté gobernando o en la oposición. Siempre se representa a la ciudad. Y se la sirve con todas las consecuencias desde la responsabilidad adquirida democráticamente en las urnas.

Archivado en: Julio Cayón, Ayuntamiento de León, concejales a la fuga, novia a la fuga

Julio Cayón
30/6/2023 - 02:20

Aunque no sea novedad, tampoco es menos cierto que en los últimos tiempos se han dado cita en la municipalidad leonesa una serie de concejales ‘alérgicos' a los actos públicos y otras ceremonias costumbristas. No aparecen donde tienen el compromiso de estar. ‘Pasan' de hipotecar el fin de semana y, como si fueran trabajadores de una empresa que cesa su actividad los fines de semana, se acogen a la jornada de lunes a viernes. Sin el menor pudor. O lo que es lo mismo: si hay acaecimientos a los que acudir el sábado o el domingo, se la trae al pairo.
Dentro de ese listado de escaqueos, los hay con un expediente brillantísimo. Ni están, ni se les espera. Y alguno de ellos, en concreto, se comporta y actúa como un lince en eso de articular la ‘huída'. Y si es hacia la costa, mejor. Como en la película ‘Novia a la fuga', pero en plan localista y sin tanto estruendo ni aparataje. Y luego piden el voto sin que les dé la tos. Hay ediles -más de los que parece- a los que no les reconoce por la calle, más allá del acodamiento en la barra a la hora del café o del vermú,
Y sí que chirría -claro que sí-, que quienes más defienden a León y su idiosincrasia irrenunciable -al menos en teoría y tremolando la enseña púrpura bajo demanda- sean quienes, por norma, dan plantón. Ni banda al pecho, ni medalla al cuello. Igual que aquellos -que de todo hay en la viña del señor- a los que se les muere cinco veces el mismo cuñado a muchos kilómetros de distancia y piden el día libre para asistir a las exequias. Pues algo parecido. El símil les viene que ni al pelo a ciertos concejales de la Casa Consistorial de la plaza de las Palomas, que así, por esta titulatura popular, se reconoció por el común a la de San Marcelo. Resulta obvio explicar el porqué.
En esta línea de ausencias permanentes, hay quien piensa que todo es cuestión de la falta de estímulos extraordinarios. De un dinerito extra. Unos, porque tienen un salario fijo y ahí les entra todo -es la denominada dedicación exclusiva-, y otros porque ‘sólo' cobran dietas por asistencia a comisiones, Plenos y, si se tercia, sociedades paralelas al Ayuntamiento. Y puede que aquí esté la clave del asunto.

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