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con la venia señoría

Yo también tengo un sueño (y 2)

En la primera parte de mi anterior artículo, me refería a todas esas insatisfacciones personales que en la vida, todos nosotros expresamos de algún modo. Pues bien; no menos importante son los sueños, son aquellos que veneramos, abarcan todo un tipo de escenificaciones recreadas y sometidas por tanto a su sabia naturaleza vivificante que nos ilumina y vigoriza. Sobre todo nos adueña de conceptos que son todotalmente afines a nuestro modo altruista de ser, y cómo no, de pensar también.

Archivado en: Manu Salamanca, Yo también tengo un sueño, Martin Luther King

Manu Salamanca
14/4/2023 - 01:10

Podría empezar a describir mi sueño como el que tuvo Martin Luther King, que ue un gran personaje americano que, hace unos setenta años aproximadamente, se manifestó ante su nación con el propósito de dejar clara la proclama que, emancipaba como un gran faro de esperanza, a millones de esclavos negros, que fueron a través de los años perseguidos con horrible e inusitada crueldad.
La vida de cualquier persona de color se encuentra minada por unos grilletes de fuerte discriminación, de grandes ataduras. Aún hoy en día viven en una auténtica isla de pobreza y en medio de una muy cruenta pesadilla, dentro de un vasto océano de prosperidad material abismal. No quiero dramatizar una condición que se me antoja extrema. Todos los derechos han de reconocerse por igual. El mundo entero ha fallado en su promesa y, sobre todo, en lo que respecta a determinados ciudadanos. Honremos su existencia entre nosotros, les hemos otorgado un cheque sin fondo y menos valor, y ha sido el tiempo el que nos lo ha devuelto. La tiranía de una sociedad prepotente e injustificadamente insolidaria es, y sigue siendo, incongruentemente racista y del todo egoísta. Hasta que la población negra tenga garantizados sus derechos como ciudadanos libres, estoy seguro de que los remolinos de su guerra, (que es también la nuestra) sacudirán los cimientos de todas las naciones, pero con la atenta mirada de quienes únicamente, son más benévolos ante el cálido umbral, que, en favor de dicha confraternidad e igualdad, ampare expectante su mediática interlocución.
Mi creativa reivindicación, (que es la misma, a la de muchos de vosotros), no debe generar incomprensión, mucho menos violencia. Nuestro destino se encuentra atado al suyo, a nuestra libre movilidad y condición. Nunca estaremos satisfechos mientras una sola persona de color,sea víctima de inimaginables horrores, de brutalidad que solo añade mucho más terror. Tengo el deseo de que llegado el momento toda la comunidad mundial llegue a elevarse en su único y verdadero significado y dentro de su credo más apremiante, basemos nuestra propia doctrina con absoluta fe y en querer ser capaces de unir nuestras manos en medio de un necesario y fuerte abrazo conciliador . "Yo también tengo un sueño".

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