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Gente en León

Un amigo de León

En el calor de los fríos

Hace mucho tiempo que no veía las escenas que estas noches, cuando vuelvo de dar el paseo del final de la tarde, veo en algunos lugares en los que, facilitando una protección frente a la dura climatología que este invierno nos acompaña, a personas envueltas en una vetusta ropa de abrigo expuestos a todo lo que la calle puede proporcionar.

Archivado en: Maximino Cañón, frío, dormir a la intemperie,

Maximino Cañón
17/2/2023 - 03:30

Siempre me vienen a la memoria aquellos duros años en los que, con menos protección social, estas estampas eran cotidianas. Por eso se me antojaba que aquello, en nuestro tiempo, está descartado como consecuencia de las mejoras sociales que nuestra sociedad ha ido adquiriendo.
En cualquier caso, fui testigo de situaciones indeseadas con mucha gente desarraigada en busca de una vida mejor que, a lo mejor, nunca llegaría. Siempre me llamó la atención aquella expresión que mucha gente apartada de nuestra sociedad al ser preguntada qué era lo que hacía, te contestaba: "Pues buscándome la vida". Dejándome con la incógnita de saber a qué se refería y que muchos, a buen seguro hoy día, siguen sin encontrarla.
Como todas las situaciones tienen su porqué, me voy a lo que el domingo pasado presencié. Me encontré a un hombre embozado de cuerpo entero intentando dormir, digo yo, apoyando la cabeza en una vieja maleta en los aledaños de lo que (qué ironía) fue una entidad bancaria y le toqué suavemente preguntándole si, con el frío que hacía, le apetecía que le trajera un café con leche caliente. Al cabo de unos minutos me presenté con lo dicho: un café con leche caliente y una pieza de bollería para que metiera algo caliente en su cuerpo hasta la mañana siguiente con la incógnita de saber lo que el nuevo día le ofrecería.
En ese breve tiempo en el que se acomodaba para tomar el café y la bollería, le pregunté si con la sola protección de la ropa de vestir que llevaba y una manta no iba a pasar mucho frío durante la noche; a lo que me contestó que llevaba cincuenta años viviendo en la calle, a la vez que me agradecía la deferencia de haberle llevado la bebida caliente con algo para mojar, lo cual me dejó pensativo después de despedirme y desearle mucha suerte en la vida si es que a eso se le puede llamar vida.
Hoy, al pasar por el centro, le volví a ver cerca de donde le dejé para pasar la noche y me pregunté: ¿Cómo se puede vivir en la soledad de esa vida que te aleja del prójimo andando hacia ninguna parte? Pero no me pude contestar....

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