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Gente en León

De vez en cuando

El mismo cisne con distinto plumaje

Ya no se sabe si lo de Ciudadanos es un chiste o un despropósito. O por dónde pretenden navegar para recuperar protagonismo y espacio. Andan deambulando por el corral político y mediático como pollo sin cabeza y esa indefinición les sigue costando caro. Muy caro.

Archivado en: Julio Cayón, Gemma Villarroel, Ciudadanos, Pedro Sánchez, Javier Chamorro, Francisco Fernández, vicealcalde Chamorro, Irene Montero, 'sólo sí es sí'

Julio Cayón
10/2/2023 - 01:10

Uno de sus últimos vaivenes, que ha pasado de puntillas, fue que el partido, en el Congreso de los Diputados, votó a favor del ‘solo sí es sí' de la inefable Irene Montero y su ministerio de cartón piedra -como alguna que otra cartera creada por el señorito Sánchez- y, ahora, no saben cómo escurrirse del asunto y echar balones fuera, a pesar de asumir el error con la boca pequeña. Demasiados equivocaciones para quienes tuvieron mucho y, a la postre, apenas tienen nada. Los bandazos tienen estas cosas.
Inmersos en la vorágine de su ‘refundación' -que no les llevará a ninguna parte-, hasta intentan imprimir mayor boato a sus cargos orgánicos. Hace unas fechas se conocía que la polivalente Gemma Villarroel, concejala del Ayuntamiento de León y diputada en el Palacio de los Guzmanes, ha dejado de ser coordinadora de Ciudadanos en Castilla y León, para pasar, con las mismas funciones, a presidenta autonómica de lo que queda de la organización naranja. Por pompa que no sea. Si eso es todo lo que se les ocurre para relanzar el partido en la Autonomía, van dados.
Aunque no sea el caso, sí es cierto, por otra parte, que la semántica, a veces, sirve para contentar a quien se necesita. Y se aplica. No es lo mismo, por ejemplo, decir portero, que empleado de fincas urbanas, pese a que las funciones sean calcadas. Pero suena mejor en los oídos del trabajador. Fue lo que ocurrió en tiempos del exalcalde socialista Francisco Fernández, en 2007, cuando se coaligó con la UPL para gobernar la Casa Consistorial leonesa. Fernández había obtenido trece actas y los leonesistas tres. El PP, once. Mayoría absoluta, catorce concejales. Decidía la UPL. Era la ‘llave'. Con quien pactara, gobernaba. Y se decidieron por el PSOE.
La jugada de Paco Fernández fue perfecta. La de un tipo listo. Al portavoz de la UPL no le nombró primer teniente de alcalde, que era lo que correspondía, le hizo vicealcalde (más ostentoso), que no cambiaba en nada las funciones del munícipe. Pero parecía otra cosa. Y así se vendió durante los cuatro años del mandato. Hubo un porqué. Y todos contentos. Sobre todo el portavoz. Sin embargo, que se permute a estas alturas lo de coordinadora por presidenta carece de sentido. Y no es el mejor escaparate ni entre los suyos.

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