Las necesidades humanas tienen la característica de ser casi ilimitadas. Esto es, una vez cubiertas las más básicas, surgen otras de orden superior, luego otras y así casi podrían enumerarse hasta el infinito. El problema radica en que todos esos recursos son más bien limitados y, frente al carácter ilimitado de sus propias necesidades y deseos que nos proponemos todos satisfacer, existe una cierta peculiaridad, la terrible consecuencia entre su escasez y, ante la contradicción de todos los bienes disponibles.
Archivado en: Manu Salamanca, prioridades vitales
Manu Salamanca
27/1/2023 - 01:10
Es decir, no se puede atender todas y cada una de las necesidades en base de su singular modo de exigencia inmediata. Es el fin inevitable de todas las sociedades y para dar mucha más gloria individual (no colectiva) todo tipo de satisfacciones y de necesidades que los ciudadanos tenemos y, para tratar de conseguirlo, todos disponemos de esa serie de recursos, que se convierten a su vez en bienes y servicios, son aptos para bienestar en general de la población, imagino que pudieran ser todo tipo de ayudas sociales, como los centros ocupacionales de mayores, incluso los hospitales, las escuelas, etc.
Los recursos productivos, por tanto, son aquellos que son muy necesarios para poder desarrollarnos en total rendimiento con justa utilidad y necesario equilibrio. Son determinantes y, como puede ser la misma maquinaria en general, la propia impresión de nuestro periódico ‘GENTE' en su justa adquisición, incluso los propios alimentos y la energía, como el capital financiero, etc.
Es el problema económico y mundial que nos sigue advirtiendo de toda esa exigüidad amparada más bien, en su término de relativismo fundamentalista, ¡Sin duda! En cualquier caso, y dado que la mayor parte de las necesidades tienen un carácter evidente a la denominada penuria o privación que existe para todos en la mayoría de las ocasiones, lo olvidamos y vivimos como si ciertas restricciones no fueran con nosotros. La actividad económica surge precisamente para superar un problema de base, nuestra imposibilidad de disponer de todo lo que deseamos, siempre nos obligaría a elegir lo que tenemos que producir y que necesidades se van a satisfacer y cuales no.
En definitiva, todos y cada uno de los empresarios y por supuesto de nosotros los consumidores en general, hemos de tomar innumerables decisiones económicas. Estas decisiones, unidas a las que toman los gobernantes y en representación del conjunto de la sociedad, supuestamente tendrían que dar con el resultado económico final más apropiado, más justo y sobre todo más convencional, por ello se tendría que clasificar como ciencia de decisión, toda acción que la economía avanzada pudiera resolver en elegir tan sólo, "ciertas prioridades vitales". Cuidaros.
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