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Gente en León

Un amigo de León

Albino, 'Cachelo' y el Bar Avenida

Cuando llegaba el buen tiempo (y el malo también) mi inolvidable amigo Albino, el del bar Acuarium, y un servidor, solíamos salir a eso de las once de la noche de entonces a dar una vuelta con la complicidad (mala a todas luces) de unos pitillos de rubio mientras hablábamos de planes de futuro para terminar en el desaparecido Bar Avenida -hoy transformado en una completa mercería que, con gran acierto, regentan sus nietas-, en el mismo lugar.

Archivado en: Maximino Cañón, Albino, 'Cachelo', Bar Avenida

Maximino Cañón
15/7/2022 - 01:10

Se jugaba al mus, al tute o a la escoba, hasta la hora de cierre, que solía ser a las dos de la mañana, según la autoridad gubernativa reinante. Cuando esto escribo es inevitable comparar aquellas salidas nocturnas con las de hoy que, casi sin límite alguno, sobre todo los fines de semana, se prodigan las calles de juventud, que sale de casa a la hora que los más tardíos nos recogíamos antaño. Pero hoy los tiempos han cambiado a la velocidad que las demás cosas y que cada uno apenque con lo suyo.
El caso es que a eso de las once y media, mientras llegaban los parroquianos en número suficiente para echar la partida de cartas normalmente, aunque el bar era más propio de jugadores de dominó, pero eso era más bien de tarde con una numerosa clientela. El caso que quiero contar, y que forma parte del acervo costumbrista de aquellos años, es cuando Albino se sentaba al lado del dueño del Bar Avenida -Ciriaco- conocido por el apodo cariñoso de ‘Cachelo', oriundo de Garrafe de Torío, mientras su hijo ‘Nano' atendía el negocio y completaba la partida si no había número suficiente de jugadores. Entonces era cuando Albino le decía a ‘Cachelo' que le siguiera contando lo que el día anterior le había estado narrando referido a las vicisitudes que había pasado mientras había estado cumpliendo el servicio militar por tierras africanas con los moriscos levantados en sus cabilas del Rif en el norte de África y con los que había que estar ojo a vizor y con las armas en la mano preparados para repeler cualquier ataque traicionero.
Atento a lo que ‘Cachelo' le contaba, sin perder ripio, sobre todo cuando le narraba el enfrentamiento a tiro limpio con los moros, era cuando Albino, en el fragor de la batalla le preguntaba: "Cachelo, ¿y les matábais? A lo que, con pitillo en mano y con energía, le contestaba: "Yo que sé si quedaban muertos o heridos". Entonces empezaba la partida y el relato se dejaba para continuar mañana. No sé si lo que le contaba había sido verdad o era producto de la imaginación, pero eso era lo de menos.
En su recuerdo.

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