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Gente en León

Un amigo de León

León, "manifiéstate" y se manifestó

El jueves pasado (12-M) tuvo lugar otra manifestación en León, Ponferrada y Villablino, para manifestar el malestar otra vez más, en defensa y reivindicación de vida para nuestra provincia que, a decir de muchos de los presentes, esto está pasando de catarro a neumonía.

Archivado en: Maximino Cañón, manifestación 12-M, José Luis Estrada, Esther Bajo, autonomía leonesa

Maximino Cañón
20/5/2022 - 01:10

La organización y convocatoria vino de parte de los sindicatos mayoritarios mostrando que, en contra de lo mucha gente piensa, todavía existen y tienen deseos de luchar por los puestos de trabajo que, unos, se nos han ido marchando y, otros, se nos han quitado de manera silenciosa, por lo que a los citados sindicatos se les miraba de reojo. A este respecto oí a un grupo decir: "Pero cómo nos van a defender si están subvencionados por el Gobierno en cada momento".
Después tocó el turno a varios políticos que engrosaban la gran manifestación siendo el blanco de las críticas y sentimientos acalorados de los manifestantes que, con las banderas de León al ristre, expresaban su malestar. Esto pasa siempre antes de las elecciones y después a mirar para otra parte. Hay muchos de los que nos representan que no dudan, aunque con el colmillo retorcido, sumarse a la comitiva cuando la autonomía es objeto de reivindicación por una gran mayoría de los leoneses para luego, en círculos cercanos, comentar que para qué vamos a insistir en pedir la autonomía, si es imposible salir de ella. (Ver Artículos 2 y 143 de nuestra vigente Constitución).
Cuando en una familia enferma el padre o la madre, generalmente, los hijos se unen para intentar, entre todos, ayudar a superar el mal estado en que se encuentran los progenitores que te dieron vida. En León, cansados de observar nuestro paulatino desmantelamiento, se está pidiendo a gritos que en vez de constituir ‘mesas', que nada aportan, para entretenernos y tener la fiesta en paz, nuestros políticos, sean del partido que sean, se junten para reivindicar ante quien corresponda, que de una vez por todas que aquí, o jugamos todos o rompemos la baraja para que jueguen con otros.
Después de varios años me pongo a leer el libro titulado ¡A la plaza! de quien fuera un brillante periodista y director de varios periódicos, José Luis Estrada Liébana, poco antes de que la maldita muerte llamara a su puerta, y observo como entonces hizo una verdadera radiografía de cómo estaban las cosas sin pensar la vigencia que hoy tendrían sus reflexiones. Mi recuerdos a su esposa Esther Bajo, que sigue llevándole en sus entrañas, y a sus hijas, Hiral y Rayani, que fueron la ilusión de su vida.

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