Escribir bien forma parte de nuestra capacidad genética dirigida a la mejor comunicación, considerando propio el estímulo imaginativo que sólo se sugiere de vez en cuando y en cualquier momento. Va y viene, otras en cambio desaparecen casi en el peor momento.
Archivado en: Manu Salamanca, clara, concisa y directa
Manu Salamanca
01/4/2022 - 04:40
Desarrollar un buen contenido narrativo no es del todo simple y superficial. Nos sentamos frente al ordenador esperando que las palabras salgan solas y ya dentro de una mínima expresión, que creemos llegue a interconectarse a nuestro sentir, y como deseo a modo de señal inequívoca que no acaba de aparecer por ninguna parte.
Los que escribimos habitualmente nunca seremos los primeros o los últimos redactores en pasar por este tipo de situaciones, pero, como puro trámite de batalla inacabada, es del todo probable que, al descubrir un tortuoso camino por el que poder desatar nuestro nudo mediático, descubramos también la necesidad que nos involucra, con toda la buena sugerencia que nuestra imaginación, desbloquee cierta acometida que empuje nuestra condición, a un nuevo replanteamiento casi definitivo. Presionarnos en exceso es desaconsejable. Tomar unos minutos, quizá unas horas de descanso, nos ayudará sin duda en la más comprometida y significativa compenetración que, (salve por el momento los muebles) tened en cuenta que "Nada es más nocivo para una creatividad, que el supuesto furor o desesperación que pudiera dominar una inspiración determinada".
Son muchos los bloqueos mentales cuando estamos con otras preocupaciones en la cabeza, estresados o sencillamente cansados, incluso por desconocimiento, quizá por esa ignorancia sobre el tema que pudiera frenar tal iniciativa. Los clásicos argumentos de revista que consumimos y junto con la práctica moderada de otros mecanismos de comunicación ideales y más persistentes, como la misma música que en mi opinión, tiene el poder de desatar los típicos pensamientos, llegarían como agua bendita de primavera, otra opción, son los portales de noticias nacionales e internacionales, de los cuales, se pueden extraer ricos yacimientos literarios y narrativos que supervisan un análisis pormenorizado de todo lo aprendido y leído, aumentaría tal vez, nuestra capacidad de aprendizaje y de memoria aplazada. Todo lo que se escribe (independientemente del color con el que se asocie) debe ir dirigido con la mejor educación y debe referenciarse siempre ante un único sentido de escritura, "Clara, concisa y directa" no menos interesante y locuaz, por la cual obtendríamos, muchos y muy buenos datos de nuestra personalidad.
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