Cómo cambian las cosas. Lo que hasta la llegada de la maldita pandemia, el dejar la puerta abierta, era motivo de una reprimenda por parte de aquellos que se encontraban dentro de cualquier establecimiento bien a gusto, jugando la partida o comprando algo, gozando de buena temperatura.
Archivado en: Maximino Cañón, carbón, Covid, ''cierra esa puerta, que se escapa el gato', 'cocina económica,
Maximino Cañón
01/4/2022 - 03:30
Entonces el carbón era la solución y fuente de riqueza en nuestra provincia, utilizado para las faenas principales, hoy desaparecidas, como eran las centrales térmicas, estufas y cocinas, llamadas 'económicas', que además proporcionaban aquel agua caliente aprovechando el calentamiento de la citada cocina. Y, todo ello, al mismo precio.
Las calefacciones eran un lujo que no todos los lugares se lo podían permitir, y menos en los hogares particulares. Pero a lo que iba. Ahora que casi todas las casas y establecimientos cuentan con calefacción alimentada con diferentes combustibles que han venido sustituyendo al bendito carbón que, por imperativo ecológico, hemos dejado de utilizar con las consiguientes pérdidas de miles de puestos de trabajo bien retribuidos en nuestra provincia que, en este caso, nos vemos obligados a simultanear la vida comercial manteniendo las puertas abiertas para que, como decíamos en otros tiempos y situaciones,... ¡Que corra el aire!
Y así, de esta guisa, nos vemos obligados a soportar las inclemencias del tiempo, con el café en la mano y la puerta abierta, sin que nadie pronuncie en los fríos días de invierno aquella frase de "¡Cerrar esa puerta, que se escapa el gato!", cuando alguno al entrar dejaba la puerta abierta por despiste. La Covid cambió nuestras costumbres a la fuerza. Quién nos diría que estaríamos sentados en una terraza a bajo cero tomándonos una consumición como si estuviéramos en Las Canarias. Pero lo que de verdad deseamos todos es que desaparezca la pandemia y solo nos quede un mal recuerdo, como si de un sueño se tratara, con el que hemos convivido, a pesar de los miles de seres humanos que se ha llevado por delante como "alma que se lleva el diablo".
Y hablando del carbón, la demanda global en todo el mundo preveía un crecimiento de un 6% (aún no sé los datos reales) para el 2021 y, pese a los esfuerzos para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero por reducir el cambio climático y con el aumento de los precios del gas natural, la generación mundial de energía a base de carbón, puede alcanzar su máximo nivel en el año 2022 mientras aquí hemos sido de los primeros...en cerrar las minas. Sin comentarios.
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