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Gente en León

Mentiras y engaños

El volcán

Pocas veces habíamos vivido un fenómeno geológico con tanto lujo de detalles y tanta lupa mediática como este de La Palma. Los terremotos no suelen avisarnos con suficiente antelación, como para que dé tiempo a desplazar cámaras y reporteros. Tampoco suelen dar mucho tiempo las riadas de las gotas frías (ahora las llaman "danas"), ni las nevadas extremas y por aquí no rondan los tornados y los huracanes.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, volcán de La Palma, Canarias,

Nicolás Pérez Hidalgo
01/10/2021 - 01:10

Aunque afortunada, o desgraciadamente, ahora todos somos reporteros y tenemos algo en la mano que lo graba todo, no es lo mismo. Qué gusto debe dar ir con toda la parafernalia periodística a hacerse la foto a unos pocos kilómetros del desastre y poco a poco ir desplazando a los primeros espadas de las radios y de las televisiones para entrevistar a los que lo han perdido todo. Eso sí, si la cosa se alarga, ya dejamos allí a los subalternos para que vayan lidiando con el toro de fuego.
No ha habido otra cosa estos días y los geólogos, al igual que los virólogos unos meses atrás, están teniendo sus minutos de gloria explicándonos qué es esto que está pasando en Las Canarias y cuál es su trabajo. Poco a poco, nos vamos convirtiendo en expertos vulcanólogos, y hoy sabemos diferenciar a la perfección entre erupciones estrombolianas y hawaianas, y en breve sabremos también como son las vulcanianas, plinianas y peleanas. Igual que nos convertimos en sabelotodos de las pcr's y de antígenos y anticuerpos y más tarde en vacunólogos, aunque ya nos hemos olvidado de todo ello a velocidad supersónica.
La realidad es bajo nuestros pies existe una inmensa bola de fuego, el núcleo de la Tierra y el calor que desprende hace que el suelo que pisamos no sea tan rígido como aparenta. La superficie de nuestro planeta se encuentra en continuo movimiento y se forma y desaparece constantemente en todas partes. Los continentes son como inmensos trozos de galleta que flotan en un magma caliente, y se separan y se vuelven a juntar, aplastando rocas, levantando montañas o creando islas. A pesar del desastre que supone para muchas personas el volcán palmero (de momento sin nombre) es fascinante poder ver estas cosas y disfrutar de este caramelito geológico, como ha dicho un reputado vulcanólogo estos días.

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