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La desesperación de una Cuba rota

España es una democracia. ¿Y Cuba? Cuba no es una democracia; no lo es. Solucionada la pregunta. Así se expresaba el presidente y viajero -que no viajante- Sánchez, quien, con su habitual desparpajo escabechado y su acostumbrada sonrisa a media asta, se negaba a ratificar que la isla caribeña, gobernada por un comunismo atroz, es una dictadura de libro.

Archivado en: Julio Cayón, Cuba, Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, Raúl Castro, Fidel Castro, Cnina, Rusia, todes, matria, Alberto Garzón

Julio Cayón
30/7/2021 - 04:40

Una autocracia de herencia castrista -Raúl, el hermano de Fidel, sigue timoneando desde la retaguardia el territorio isleño-, que, ajena a los derechos universales, tiene sumido al país del ron, las finas playas y las aguas ensoñadas, en la más absoluta de las miserias. En una indigencia plena. Pero, ¡ay amigo!, desde La Moncloa -y con la impudicia acostumbrada- aclaraban que las palabras del ‘amo' eran consecuencia de la diplomacia. Y sanseacabó. Los tienen cuadrados.
Ahora bien, la culpa de la inhumana represión que sufren los cubanos la tiene EE.UU. Igual que siempre. Un mantra barato. ¿Y China? ¿Y Rusia? ¿Y otros países de corte ideológico al de Cuba, qué hacen para revertir las carencias de todo tipo del país? Eso no se condena, queda al margen. No quiere verse. Ni nunca ha existido. Naturalmente, los privilegiados y piantes comunistas españoles, estabulados cómodamente en las instituciones públicas, callan como puertas. Han hallado un filón en el ‘ejercicio' de la política y se acomodan, plácidos, como búhos en rama. Lo del ejercicio es un decir. En resumen, que dieta comunista, sí, pero para los demás. Para los desgraciados cubanos desheredados. Para ellos, aquí, nivel de vida y prebendas. Ya se sabe, con el todos, todas y ‘todes', su gran aportación a la sociedad, van cubriendo el expediente. Y con lo de matria, la actual mamarrachada y el nuevo invento de la ultraizquierda desnortada, pasan el tiempo.
Mientras, centenares de valientes cubanos continúan detenidos o desaparecidos por dar la cara y protestar por las condiciones de su desangrada tierra. Que aparte de enfrentarse a procesos exprés y sin garantías, sufren de hostias hasta en el cielo del paladar. Pero no, Cuba no es una dictadura. Es una balsa de aceite. ¿Qué se puede esperar de estos mendas -‘sanchistas' incluidos- cuando tachaban de indecente al Gobierno de Rajoy, por la subida de la electricidad un 4,6% -léase Alberto Garzón, el ministro (?) comunista de Consumo- y, ahora -él incluido-, se pinzan la nariz, miran para otro lado y se dedican al encaje de bolillos con eso de la rebaja del IVA en el recibo de la luz? ¿Y Cuba? ¿Cuba?, pues ya se verá.

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