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Gente en León

De vez en cuando

Indultos inicuos del 'amo' Sánchez

Una cosa es la política -con el añadido en otras épocas de ‘noble arte'- y otra, muy diferente, los políticos que creen ejercerla (o que se lo imaginan), a pesar de no tener ni repajolera idea de lo que se traen entre manos. Y aún es peor cuando pretenden que la gente comulgue con piedras de molino, expresión esta tan española como clarificadora para definir situaciones insostenibles. Llegado a ese punto, en que las cosas se retuercen y hasta se deforman, quien más y quien menos se revuelve en la silla y se agita. Y se enfurece.

Archivado en: Julio Cayón, presos del procés, induto, Pedro Sánchez, Oriol Junqueras, Cataluña, Gobierno sanchista

Julio Cayón
11/6/2021 - 02:20

Y eso, precisamente eso es lo que vienen sintiendo la mayoría de los españoles de orden -incluidos innumerables socialistas cabales- con el intratable asunto de los posibles indultos del Gobierno sanchista -dense (casi) por seguros-, a favor de quienes pretendieron subvertir el orden constitucional en Cataluña, en octubre de 2017. Al cebollino de Sánchez y personal adscrito a la mamandurria afecta les importa tres pitos que los sediciosos, cual tropa de Pancho Villa, se saltaran a la torera -o por la brava, que es más chulesco- todas las líneas rojas que tenían por delante. Y que se mofaran de ellas y se divinizaran a sí mismos como salvadores de los ‘Països Catalans'. Menuda cuadrilla de burlones.
Y, sí, claro que hay que perdonar y, a veces, hacer de tripas corazón para aplicar la ‘caridad' de la benevolencia a ciertos sujetos de más que dudosa trayectoria. Incluso, y si procediera, setenta veces siete, como recogen los Evangelios (Mateo 18,22). Ahora bien, si el gesto de perdonar lleva implícito el arrepentimiento de al que se le exime del cumplimiento de la pena, no es de aplicación, en este caso concreto, a los Junqueras y demás sacristanes del círculo independentista, a quienes Sánchez -¡qué demócrata!- pretende devolver a la normalización ciudadana. Es una tomadura de pelo.
Lo volverán a hacer. Y con mayor contundencia. Y, para que quedara claro, lo han dicho de forma arrogante. Sin titubeos. A las primeras de cambio reanudarán las andanzas que les llevó a verse entre rejas y a vocear desde las celdas de manera desaforada, que ellos eran presos políticos y no políticos presos. Otra majadería a mayores al verse entorilados. Pero seguro que cumplirán su palabra. Las leyes -ya está dicho- no van con ellos. Eso sí, las algaradas callejeras, como tarjeta de presentación, regresarán a las calles. Al tiempo. Pura y radicalizada prosapia catalanista. Mientras, Sánchez a su bola. A mantenerse en el poder. Es algo endémico en él.

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