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Gente en León

De vez en cuando

León no deja de cotizar a la baja

Los sindicatos UGT y CCOO están que echan las muelas. Mitad decepcionados, mitad enfurecidos. El aguante tiene un límite y esa línea noble, que es la templanza vehiculizada, está a punto de sobrepasarles. Lo intuyen ambas organizaciones. La llamada Mesa por León no funciona. Está en el limbo. Arrinconada. ¿Vacía? Todo es posible. Y ello, a pesar de que su coordinadora general, Humildad Rodríguez, se siga partiendo el alma para dar la vuelta al tapete y llenarla de contenido. Pero se encuentra sola. Está sola.

Archivado en: Julio Cayón, sindicatos, Mesa por León, Humildad Rodríguez, despoblación, León no deja de cotizar a la baja

Julio Cayón
07/5/2021 - 01:10

Y en esas condiciones tan carenciadas es disparatado mandar las naves a luchar contra los elementos. Las naves, en el contexto reivindicativo, son las ideas de Rodríguez -una mujer brillante y con una capacidad incuestionable- y los ‘elementos'... pues ya se sabe quienes son. Y más de lo mismo. Mucha ‘guitarra' (mucha boca), que decían los clásicos de las barriadas típicas leonesas, y después la ful. Como siempre. Lo que ocurre en León es mucho más que preocupante. Y más que hiriente. Es tenebroso.
La temperatura de este desaguisado se ha vuelto a poner de manifiesto con la publicación del índice poblacional referido a 2020. León vuelve a liderar la mayor bajada del censo en la Comunidad Autónoma, con 5.000 personas menos en el conjunto provincial. Tampoco nada nuevo. Se preveía. Dados los pútridos mimbres con que se viene haciendo el cesto -la falta de expectativas y la reconducción de la economía- es muy sencillo convenir que, de nuevo, dentro de otros doce meses el territorio siga desangrándose. Entre los óbitos y la huida de los jóvenes el ‘éxito' está asegurado.
Y llega un momento que a la gente le tocan los costados de tal manera y con tanto desahogo, que solo le queda rozar el amotinamiento social. No ve otra salida. Cansada de tal cantidad de promesas corrompidas y en bucle -la última, la Mesa por León- intuye que todo es una filfa descarada y que de lo augurado, nada de nada. Los leoneses están hartos de tanto político de media polaina y nula credibilidad.
Y lo único cierto es que la muchachada se están yendo en busca de un futuro laboral. Que abandonan la tierra que les vio nacer porque en ella no encuentran ni porvenir ni consuelo a sus justas demandas profesionales ¿Qué co-
ños pinta aquí un zagal, debidamente formado, a quien se le niega la oportunidad de irse labrando un mañana? Nada. Por eso, es de celebrar que, en este caso, los sindicatos alcen la voz y digan que hasta aquí hemos llegado, señoras y señores. Otra historia es que sirva para algo.

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