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Gente en León

De vez en cuando

Pasquines contra los católicos

León, una ciudad relativamente tranquila y amable, ya no se libra de los ataques vandálicos a la Iglesia Católica. Y cobardes. Está de moda, oiga. Es algo así como un festín para la progresía barata. La de medio pelo. Y la del pimpampum. La típica ‘peña' iconoclasta que odia a los creyentes. Que los equipara a la carcunda. Que los desprecia sin ambages. Y por ese motivo, señoría, hay que machacarlos, vejarlos y vilipendiarlos. Fusilarlos socialmente. A compás. Por lo tanto, las hordas ateístas han hecho acto de presencia en la capital leonesa y se dedican a ‘clausurar' parroquias y templos icónicos, como la Basílica de San Isidoro. Les gustan las machadas a estos ‘notas'.

Archivado en: Julio Cayón, católicos, iglesia de Roma,

Julio Cayón
09/4/2021 - 01:10

Y es lo mismo -hombres, mujeres u otras alternativas- quienes perpetren tamaños despropósitos. Los define y encapsula al margen de su sexo o condición. Ahora, eso sí, también debe resaltarse -con la debida ironía al caso-, que han sido ‘prudentes' en la colocación de carteles a las entradas de los templos, y, a continuación, con la consiguiente tarea de adjetivar a la institución religiosa. En el ánimo de estos ‘figuras' de pasquines troleados, la iglesia de Roma es homófoba, misógina, expropiadora y machista. Los cuatro cantones de la idiocia, iluminada al amparo de la alevosía y de la noche. Se les olvidó señalar el calificativo que más está de moda entre el vulgo de ideología extremista de izquierdas: fascista. O franquista. Lo hubieran ‘bordado'.
Cabe concluir en paralelo, que esta caterva de superficiales no es otra cosa que gente totalitaria y radicalizada. Con la cabeza justa para peinarse. Y por mucho que presuman de liberalidad y democracia avanzada (?) -que presumen, aunque sea sobre la base de los exabruptos y las denuncias infectadas- viven ayunos en cuanto al conocimiento de la palabra libertad. Un término que acomodan y ponen en práctica a su rancia manera de pensar -es un decir, claro- y en detrimento de otro que, de igual forma, se la bufa por ignoto: respeto. No respetan ni a Dios. Y nunca mejor dicho, dadas las circunstancias del pasado fin de semana. Si no se pone remedio a situaciones tan asociales como la ocurrida -que no se está poniendo- este país camina hacia el desastre.
De todas las maneras, a los del pasquín y tentetieso les ocurriría lo mismo que a aquellos descreídos cuando viajaban en una aeronave. Se averiaron los motores y se acordaron de Dios, la Virgen y los santos, en rezo íntimo, esperanzador y reparador. Mejor que no les suceda a los ‘pasquineros'. Amén.

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