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Gente en León

un amigo de león

La poda

Me quedo contemplando cómo unos trabajadores proceden a la poda de la arboleda existente en nuestras calles. Inmediatamente me trasladé a los años en los que, por estas fechas, próximas a la Navidad y Reyes, esperábamos los regalos que habíamos pedido a los Reyes Magos. Como se podrán imaginar los que me acompañan en la edad, por aquel entonces los regalos se recibían a cuenta gotas, muy lejos del aluvión que, salvo los que no pueden, reciben cada año los niños actuales.

Archivado en: Maximino Cañón, poda de otoño-invierno, Navidad, juguetes de antes, Reyes, regalos

Maximino Cañón
04/12/2020 - 01:10

Hoy me voy a referir a lo que en estos días está presente en casi todas las calles en las que hay árboles. Los niños de la generación de entonces estábamos criados en la cultura de los juegos con el tacón, el pincho, al guá (canicas), pero con predominio de aquellos con armas simuladas; es decir, de las espadas y los tiros, los cuales ocupaban la mayor parte de nuestro tiempo libre, entonces lo de la paz no se llevaba. Como en todo, me refiero a los niños que éramos de clase media, tirando a baja, y no nos podíamos permitir, y nuestros padres tampoco,acceder a juguetes de alta gama. Por eso la imaginación estaba latente en cada momento y, cuando veíamos caer las ramas de los árboles no veíamos ramas, sino una espada o un arco con el que pudiéramos jugar con los demás chavales del barrio una vez que con la navaja o, cheira, la hubiéramos puesto a tono quitando los nudos y demás impurezas.
Como si se tratara de abastecer un polvorín en tiempos de guerra, cuando alguno de los amigos, al ir o venir de la escuela o colegio, advertía la presencia de unos trabajadores municipales realizando la mencionada actividad, nosotros en comandita nos dirigíamos al lugar en cuestión con la finalidad de aprovisionarnos del mencionado material de juegos que, además de ser gratis, se adaptaba a nuestras necesidades. Después, ya se sabe, había quien era más curioso o mañoso que otros y lograba transformar las mencionadas ramas en armas simuladas que eran envidiadas por el resto de la chavalería. Y es que a falta de medios buena es la imaginación. Por eso cada año, siempre que veo a los operarios llevando a cabo la poda en los árboles echo a vista atrás valorando aquellas ramas que en otros tiempos, a falta de otros juguetes, hicieron que nos sintiéramos: "piratas", "gichos"o "espadachines", completando el disfraz y haciendo las veces de capa, la gabardina con solo el primer botón de arriba abrochado.
Sigue comprando en León y si es en tu barrio mejor y si son Productos de León, preferible. Tenemos que salir de ésta.

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