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Gente en León

con la venia señoría

Execrable y detestable depravación

Es lamentable el hecho de que, desgraciadamente a las alturas en que estamos, no necesita ningún tipo de proclama, mucho menos de justificación, que día a día y, al igual que el pan nuestro que llevamos a la boca, la necesidad que la capacidad de resaltar en muchos de nuestros medios de comunicación más habituales (sobre todo prensa escrita) la dedicación de parte de su coherente información a la impresionable, sin duda, "mísera corrupción" es utilizada como referente en nuestra clase política, ineficaz e inútil y que deteriora cada día más su entrecomillada imagen pública y entre sus trapicheos y sucios colaboradores, que desgastan de continuo su siempre honorable personalidad

Archivado en: Manu Salamanca, execrable y destetable depravación, corrupción

Manu Salamanca
09/10/2020 - 01:10

Ajenos son siempre a ese modélica manera de comportarse y, que en principio debiera con obligatoriedad ser tan elogiable y carismática, ya se encuentra inevitablemente en el abismo de su individualizado y descabellado comportamiento, estando cada vez más lejos de su "supuesto virtuosismo" que refrendado en la equidad y en su justicia social más palpable, pudiera convivir con absoluto dominio, en su propia y exaltada singularidad. Añora sin duda, la transformación que generaría una buena dosis de acomodo y bienestar, de aquellos que necesitamos con su comprometedora dedicación, la apuesta por la responsabilidad que debieran representar con auténtica profesionalidad y decoro, dentro de su esperanzadora y asumible ética, se encontraría diseñada para beneficio del conjunto de la inmensa mayoría de la ciudadanía.
Es importante destacar la afirmación que corrobora la consideración de las diferentes categorías de corruptores y corruptos, lo que no deja de ser evidente en las distintas capacidades de los, que de una u otra forma, son protagonistas indiscutibles de ese estado tan calamitoso de "vergüenza nacional" y de tanto desapego emocional, que nos está causando tantos problemas y, en el que parece haber cierta unanimidad en torno a la necesidad, de como mínimo reducirlo de manera algo más drástica, en su corrosivo desatino.
Es imprescindible destacar igualmente que el mundo de la corrupción no conoce fronteras, es muy complejo, mucho más si se pretende ver, desde un punto de vista legal- judicial, aspectos que requieren la existencia de infinidad de pruebas concluyentes y, que en éste tipo de procedimientos se clausuran sobreseídas y, en los que en muchísimas más ocasiones, los corruptores salen por la puerta grande y de rositas. Cuesta interpretar el motivo de tanta deslealtad institucional, en su descomposición sistemática proactiva. Asumen el pleno control de su desgraciada conducta, lo que implica la toma de decisiones en el desarrollo de su nefasta frecuencia, incidiendo en la capacidad de establecer de facto, una relación que permite actuar de mutuo acuerdo en sus amañadas y deplorables formas, como dentro de sus vulgares y muy variadas corruptelas, que así lo confirman. Sed felices siempre.

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