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Con el estrés del confinamiento parece que quiere ponerse de moda eso de "la vuelta al pueblo". Evidentemente en muchas ocasiones esa vuelta será casi obligada, si el personal se frena en las ansias de vacaciones costeras y viajes culturales, no teniendo en muchas ocasiones, otro remedio que cargar las alforjas, sacudir el polvo, limpiar las casas y dar un soplo de vida a tantas viviendas deshabitadas. Y es que ya se está notando cierto "interés" en organizar el ansiado verano en modo rural y León está plagado de lugares para ello.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, verano en el campo, 'la vuelta al pueblo', León provincia maravillosa

Ana Isabel Ferreras
26/6/2020 - 04:40

Tenemos una provincia que es una verdadera maravilla. Ribera, Páramo, Montaña, Reserva de la Biosfera, Picos de Europa, Patrimonio Cultural, el Bierzo... Oferta para todos los gustos y de sobra. Pero seguimos formando parte de ese agujero cada vez más grande y profundo, que engulle día a día nuestras tradiciones, costumbres y lugares, y que está vaciando poco a poco nuestro León querido.
Esta lenta, pero imparable crónica de muerte anunciada, lleva años poniéndonos frente a nuestras narices que los pueblos desaparecen a la par que sus vecinos, que no se produce renovación alguna por la baja natalidad y el éxodo de la población. Que las nuevas tecnologías son maravillosas y necesarias pero que provocan, nos guste o no, el abandono de la zona rural en favor de otras más industriales y a la vez más pobladas.
La mejora en las carreteras y en los vehículos hizo que maestros, médicos, veterinarios, guardias civiles, etc. trasladasen su domicilio a las ciudades, acudiendo a su trabajo a diario, pero sin fijar población en las localidades de destino. Aquella cultura que se nos inculcó hace décadas para que estudiásemos y/o nos buscásemos la vida fuera de los pueblos, porque iba a ser mucho mejor para nosotros, marcó indudablemente la mayor parte de salidas "voluntarias". Solo quedaron los que a su pesar, no encontraron otro destino, o aquellos que simplemente no lo buscaron, además de algunos pocos enamorados del terruño.
El caso es que hoy nos llevamos las manos a la cabeza extrañados de la España vaciada y se nos llena la boca pidiendo más y mayores inversiones, so pena de que esto acabe, como ha pasado de forma mayoritaria, en unos buenos millones de euros desperdiciados en múltiples programas, más o menos edificios para tal y cual asunto que en algún despacho pareció apropiado, y pocos resultados.
Y es que aquí no vale eso de "a grandes males, grandes remedios". Deberíamos intentar tapar el agujero rápida y eficazmente cuando se abre, antes de que la grieta se lo trague.

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