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Gente en León

con la venia señoría

Como el eco de triste melodía

Y con motivo de la aprobación de ‘Estado de Alarma' que el Gobierno decretó como medida cautelar ante la crisis (Covid- 19).

Archivado en: Manu Salamanca, 'Estado de Alarma', Gobierno de España, Covid-19, coronavirus

Manu Salamanca
20/3/2020 - 01:10

Un buen día nos despertamos en medio de una inquietud que entorpece nuestros movimientos e intuimos que algo está ocurriendo. Nos sobrecoge, nos perturba el miedo a lo desconocido y como algo instintivo se apodera de todo nuestro sistema inmunológico sensitivo, del mismo modo pensamos sin dramatismos que esa inquietante sensación un tanto indescriptible algun día acabará pasando.
Ahora bien; son cuestiones que destacan muy rápidamente y de forma inadecuada, de manera exasperante conforman un deslucido color gris abatido, advirtiéndonos con su incertidumbre de su pesada losa.
En nuestra cabeza no llevamos el botón impreso de reinicio. Nunca tendremos una salida de emergencia a una lamentable situación, mucho menos una ventana que abrir para que únicamente la brisa fresca oxigene la penumbra de nuestras preocupaciones y debilidades, incluso de muchos de nuestros recuerdos emocionales tan persistentemente estacionales en nuestra a veces soporífera y caótica existencia.
Cumplir sus preceptos, como parte fundamental de esa comunidad a la que pertenecemos con todo ese tipo de compromisos sociales y como algo que simplemente resulte esencial, es estrictamente necesario, nos libera de entrometidas inquietudes primordiales como una verdadera réplica de trasmisión positiva, que blinda nuestro propio confort con todo ese conocimiento que en favor de nuestra capacidad intelectual, pueda descubrirse mucho más allá de nuestra deslumbrante e increíble persona.
Muchas decisiones no son nada fáciles de tomar en consideración, menos cuando se ven alteradas por situaciones contrarias a nuestro modo de vida y deseos.
Nuestra vocación solidaria se compromete en muchos de los recurrentes planteamientos que invocamos a través de su simple sabiduría y, como vulgar gesto humano en la práctica consecución de afrontar muchos de esos problemas con ilusionante fuerza y lógica coherencia, pero como mejor sea asumida en todas y en cada una de sus directrices en favor del generalizado bien común que nos ampare y proteja.
Ánimo por tanto a las Fuerzas de Seguridad del Estado, al Ejército, como a todos los servicios sanitarios de las diferentes comunidades autonónomcas a seguir trabajando con responsabilidad dentro de la enorme profesionalidad que atesoran con magnífica entrega y verdadero entusiasmo. Cuidaros mucho.

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