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Gente en León

De vez en cuando

El consejero 'pinturero'

Andaba hace unos días el procurador socialista José Francisco Martín -todo un personaje del PSOE en Castilla y León- enredado con eso de las denuncias que, cada final de año, como si se tratara de una partitura, compone quien está en la oposición. Primero, se escribe el pentagrama. Luego, se lee y, a continuación, se interpreta. Es de dominio público que quienes gobiernan ‘no cometen más que errores', y los que se sientan donde hace frío -quienes no alcanzaron el poder- se encargan de buscarle las cosquillas al contrario. Con razón o sin ella. Pero es el catón por el que se transita, llueva o haga sol.

Archivado en: Julio Cayón, Juan Carlos Suárez-Quiñones, Juan Francisco Martín, consejero pinturero

Julio Cayón
10/1/2020 - 02:20

Y en esas estaba el famoso Martín, en su tarea de comisionado para repartir estopa al gobierno de Mañueco antes de las uvas. Y cargó contra aquellos que más juego podían darle. ¿Las dianas? el garante de Hacienda, la responsable de Educación, el encargado del área de Empleo... y Juan Carlos Suárez-Quiñones y Fernández -que esta su filiación completa, incluida la y copulativa- consejero de Fomento y Medio Ambiente.
¿Y qué dijo de Quiñones -que por el apellido capado suelen identificar al juez en excedencia- el ínclito de José Francisco Martín? En esos arranques -hay quien los tilda de insoportables- que tiene este ciudadano, soltó un ofensivo, ácido y remarcado "pinturero, será pinturero, pero inútil como pocos". Vaya por Dios. El diccionario de la RAE señala que pinturero es "apuesto o gracioso". Y en algún otro léxico también se indican los términos de "guapo, fino y elegante".
Desde un punto de vista apropiado por aquello de ejercer el papel de opositor, el término inútil -sinónimo de incapaz, que suena más suave- bien podría buscar un titular que impactara. Grueso. Y hasta es posible que para Martín, el consejero no haya cubierto gastos. Es su opinión, naturalmente.
Ahora bien, todo lo que exceda de razonamientos respetuosos hacia el adversario -como es el caso- roza lo tosco. Lo excesivo. Vocear las denuncias como si se tratara de una conducta ferial de cuarta denota muy poca moderación. Malos modos. Y baja estofa. Si así entiende el ejercicio público el representante socialista...
Porque para hacer crítica (política) hay que dejar a un lado las cuestiones personales del oponente. O físicas. No estaría bien que a él le llamaran ‘pelao' por su falta de pelo. O gordo. O bocazas por el ‘caso' de la exdiputada del PP, Ana Torme, a la que injurió y, después, manseando, tuvo que retractarse en el juzgado asumiendo las costas. Que no, que no es así, procurador. Sobra lo chusco.

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