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Gente en León

Mis apuntes

(Des) aprendiendo

Comienz el otoño, una de las estaciones más bonitas del año. Iniciamos octubre y nos desayunamos una vez más, con los famosos datos del empleo post vacacional, las nuevas afiliaciones a la Seguridad Social y tal y cual. Como siempre, porque esto no cambia nunca, para unos los datos son muy malos y para otros no tanto. Todo depende de según cómo se mire y cómo se cuente, pero al final más de lo mismo: el que gobierna ahora todo lo vende bien y el que ahora no gobierna ni compra ni deja ofrecer.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, (des) aprendiendo, paro, pensiones, Españistán

Ana Isabel Ferreras
04/10/2019 - 01:10

Lo que parece meridianamente claro es que la situación económica no está tan boyante como debiera, teniendo en cuenta que hemos sufrido una fortísima crisis dejando drásticamente mermadas las arcas de los ahorros en la mayoría de las familias de este país, por no recordar una vez más, los millones de ciudadanos que siguen sin tener un empleo que les garantice una vida digna.
Pero esto es Españistán y cual feria comediante, seguimos dando tumbos como saltimbanquis alocados, sin haber aprendido nada de los errores cometidos en este tan próximo y penoso, pasado económico.
Explotaron la burbuja inmobiliaria y nos tiraron encima todos los escombros. Nos robaron los bancos a cara descubierta y a plena luz del día y nos volvieron a robar regalándoles, sin nuestro consentimiento, el dinero de todos nosotros, para evitar su desplome (sí, ese dinero que aportamos vía impuestos para disfrutar de unos servicios públicos de calidad). Nos robaron otra vez más recortando en nuestra salud, en nuestras aulas, en atención a nuestros abuelos y discapacitados, en nuestras jubilaciones, en nuestros sueldos y salarios, etc, etc. Y nos siguen robando de la misma y escandalosa manera, como si nada hubiera pasado.......y seguimos sin aprender.
Me pregunto de qué tipo de células o genes estamos hechos para alcanzar esa capacidad tan brutal de volver a caer una y otra vez en los mismos errores, sin apenas reacción alguna. Basta darse una pequeña vuelta por los alrededores de la ciudad para ver de nuevo el cuello largo de las potentes grúas inflando los primeros soplidos de una nueva pompa inmobiliaria, sobre las cenizas aún calientes de cientos de toneladas de hormigón. Y volverá a explotarnos.

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