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Gestos

Acabo de escuchar en un programa de radio a una experta (así se auto define ella) en lenguaje "no verbal", relatar múltiples recovecos y detalles implícitos en la comunicación gestual. Por supuesto, como el momento bien lo merece y no podía ser de otra manera, su análisis ha recaído en la sesión de investidura del pasado lunes y martes. Una forma bastante original de abordar el espectáculo al que nos han sometido los recién elegidos diputados y diputadas.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, gestos políticos, Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias,

Ana Isabel Ferreras
26/7/2019 - 04:40

Del señor Sánchez dice que tiene la autoestima por las nubes, que no se besa porque no puede y que muchas veces va de sobrao. Todo esto solo con fijarse en su sonrisa. Por el contrario, el señor Casado no consigue sonreír con sinceridad, resultando demasiado forzada y maquiavélica su cara cuando intenta tan "bonito" gesto. Deberían ponerle un asesor personal que le enseñe frente a un espejo cómo se debe hacer, a ver si mejora con el tiempo.
De Pablo Iglesias quedó bastante claro que de sonrisas nada. Esos días no tenía su mejor cara, la verdad, y mostraba sin tapujos una buena dosis de enfado.
Se quejaba la experta en cuestión, de que las cámaras de televisión no enfocasen con mayor detalle a los líderes adversarios durante las intervenciones del ponente (presidente en funciones en este caso), para poder analizar con más detalle aspectos esenciales que le llevasen a conclusiones eficaces sobre el carácter de los susodichos. Parece ser que en otros países era mucho más habitual este tipo de estudios sobre comunicación no verbal.
Y tiene parte de razón, por supuesto, porque después de dos días dándonos por el saco a todos, con discursos medios, largos y cortos, creo que hemos tenido la oportunidad de escuchar una buena sarta de burradas y descalificativos entre los unos y los otros. Palabras que quedarán registradas en los anales de la historia pero que por desgracia no dejan de ser sólo eso: palabras. Observando bien los gestos, las expresiones y las caras de la primera división política que tenemos en este país, (porque de las palabras hace tiempo que ya no me fío), no hay duda de que hemos asistido una vez más a una lamentable puesta en escena de una terrible y asquerosa pelea de gallos. De lo que de verdad importa, ni una pequeña seña.

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